Presidenta de la Asociación PYME Perú
Hace unos días culminó la XIV Cumbre Pyme del APEC, organizado por Comex Perú y la Asociación PYME Perú, que me honro en presidir. Fui designada para dar el discurso inaugural, lo cual acepté con un particular sentido de responsabilidad porque no son tiempos en los que desde el sector tengamos mucho que celebrar: muchas micro y pequeñas empresas han quebrado a causa de la pandemia, y otras tantas están a punto de desaparecer. Tampoco sentimos que seamos vistas como el caballo que jala la carreta y, en consecuencia, se promuevan políticas y programas destinados a reactivarnos.
En un evento tan importante como este y en el contexto descrito, lo que había que transmitir era esperanza, aliento y motivación a los micro y pequeños empresarios que deciden emprender, arriesgar sus recursos -ya escasos- en una idea, con el firme propósito de sacar adelante a sus familias. Más allá de palabras cargadas de emoción, me hubiera gustado dar cuenta de un conjunto de medidas concretas, puestas en marcha por el Gobierno para reactivarnos, para reflotar a quienes quebraron e incentivar masivamente la formalización. Lamentablemente, a más de un mes de instalado el gobierno del Presidente Castillo, las anheladas medidas siguen siendo una ficción.
Nos hemos acostumbrado tanto a caminar solos, que únicamente nos acordamos del Estado cuando hay que sufragar impuestos, enfrentarnos a una burocracia que en varios momentos es asfixiante o nos sentimos amenazados por las decisiones erróneas que adoptan las autoridades. Nos hemos acostumbrado tanto, que ya no nos parece extraña la orfandad en la que nos dejó el Estado, a pesar de tener la responsabilidad de ser el primer llamado a entender los riesgos que enfrentamos más del 99% de las unidades productivas del país. Somo nosotros los que realmente movemos la economía nacional.
Ya hemos salvado al país de anteriores crisis. Millones de peruanos y peruanas han empujado micro y pequeñas empresas que les han permitido autosubsistir y generar empleo para otras familias, no de la mano del Estado, sino a pesar de él y de las malas decisiones de sus gobernantes. Uno de los resultados de la Cumbre PYME y de la articulación que se viene consolidando con las grandes empresas es que ahora existe el compromiso de pagar las facturas por el consumo de bienes y servicios producidos por las Mypes, en no más de treinta días calendario. Esta fue una lucha que también dimos en el Congreso para que el sector público replique esta medida favorable para las micro y pequeñas empresas. En más de cuatro años de insistencia no fue posible conseguirlo.
No es que no necesitemos de la intervención del Estado para seguir desarrollándonos; por el contrario, lo requerimos con urgencia. Si nos miran como aliados, con respeto y de igual a igual, el Estado también gana. Aquí también está la recaudación que permitirá más programas sociales, mayor seguridad, más recursos para salud y educación. Sin embargo, vemos con preocupación que mientras hay medidas urgentes que adoptar y problemas reales que solucionar, el foco de atención sigue centrado en las relaciones del Ejecutivo con el Legislativo, que no avancemos y que el poder se utilice para copar y enfrentar, en vez de usarlo como herramienta para golpear a la corrupción, a la pobreza, a la violencia contra la mujer y al hambre.
Por ello, desde las micro y pequeñas empresas, exigimos medidas de reactivación bajo un enfoque integral, concreto, a corto, mediano y largo plazo. Necesitamos con urgencia de un paquete de soluciones efectivas, que atiendan la agenda pendiente de las millones de micro y pequeñas empresas que todavía resistimos en el país y que nos seguiremos esforzando para generar empleo y aportar a la recaudación fiscal.
El Perú es un país de gente pujante, guerrera y trabajadora, ahora golpeada por la economía y la pandemia. Pese a todo, no perdemos de vista nuestros sueños, esos que nos hacen levantarnos cada mañana y acostarnos muy tarde cada noche. Queremos seguir remando en este barco llamado Perú, esperamos que los vientos del Estado soplen siempre a favor y que seamos las Mypes las que, nuevamente, salvemos al Perú.