(Foto: Referencial/Freepik)
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Rafael Del Águila, vicepresidente de Gestión de Personas - Banco Pichincha

Hace un tiempo en una reunión entre colaboradores conversábamos acerca de cuál sería una de las preguntas más relevantes en una encuesta de clima laboral. Un grupo importante eligió aquellas que están vinculadas al liderazgo de las gerencias, mientras que otro apuntaba a la famosa pregunta sobre el mejor lugar para trabajar. Como imaginarán, se inició un debate muy interesante y en menos de tres minutos teníamos una base de cientos de potenciales preguntas clave.

De todas ellas, la que nos viene inspirando los últimos años es aquella que nos recuerda que alcanzar nuestras metas sería más fácil teniendo cerca un amigo o amiga con quien compartir alegrías, preocupaciones, celebraciones, emociones o dicho en una frase: Compartir momentos. Por ello, en la medición de clima laboral incluimos la interrogante: ¿Tienes más de un amigo en la oficina?

La conexión social es una necesidad humana básica, a pesar de que algunos consideran que es necesario mantener la “distancia profesional”, para evitar el ‘amiguismo’ o conflictos de intereses futuros; otros, piensan que mantener un lazo de amistad contribuye en colaboradores más contentos, saludables y comprometidos con sus metas.

Recientemente, un sondeo del Pew Research Center señala que el 12% de encuestados tienen lazos muy cercanos con personas de su vida profesional. Además, el 6% de trabajadores hasta han compartido vacaciones con un compañero de trabajo. En Perú no hay mucha data sobre esto, por ello comparto una encuesta hecha en nuestra entidad que mostró que el 78% de los colaboradores afirmaron tener al menos un amigo o amiga en la oficina.

Si al menos el 50% de nuestra vida suele girar en torno a acciones vinculadas al trabajo, la oficina se vuelve un lugar ideal para fomentar conexiones positivas, que todos necesitamos. Más importante aún, para quienes trabajamos en gestión de personas: las buenas relaciones en la oficina, permiten crear una cultura compartida en la que el organigrama se vuelve una referencia de encargos y no muros que delimitan territorios.

Puede que hoy, 14 de febrero, celebrar la amistad sea un invento comercial más, pero usémoslo de pretexto para celebrar a todos los amigos que ganamos gracias al trabajo en el que estamos. Finalmente, les recomiendo identificar las palancas que mueven a sus colaboradores para fomentar una cultura organizacional empática y humana.