Consultora sénior de Psicología Ocupacional de Marsh Perú
De acuerdo a la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud (Minsa), más de 15 mil 600 personas son atendidas por autismo en el Perú, de las cuales casi 900 reciben atención médica debido a que cuentan con el síndrome de Asperger. Esta semana se conmemoró el Día Internacional del síndrome Asperger, con el objetivo de brindar visibilidad y promover acciones en favor de esta comunidad, entre ellas la de mejorar sus condiciones laborales.
El síndrome de Asperger se ubica como un trastorno dentro del espectro del Autismo, sin embargo, comparado con otras formas y niveles, las personas que viven con Asperger tienen mayor probabilidad de convertirse en adultos independientes. Ello debido a que esta condición no va acompañada de discapacidad intelectual ni de dificultades significativas de lenguaje. Asimismo, poseen destrezas para trabajos técnicos y repetitivos, transparencia para decir lo que sienten o piensan, búsqueda de perfeccionismo para la realización de tareas, además de, facilidad para la concentración en sus labores.
De acuerdo a cifras oficiales, el 77% de las personas que conviven con alguna discapacidad, entre ellas el Asperger no participan del mercado laboral, sin embargo, alrededor del 10% vive con ellas, más del 30% residen en Lima. Además, datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), refieren que en su mayoría las oportunidades laborales proceden de empresas privadas y pequeñas. Para mejorar esta situación, se han establecido distintas medidas y leyes.
El panorama del ingreso laboral para personas con algún tipo de discapacidad intelectual como autismo, asperger, síndrome de Down, entre otras inició desde la década de los 80′s con leyes que buscaron brindar incentivos a empresas que permitan la oportunidad laboral a esta comunidad. Tras varios cambios y derogaciones, finalmente, en el 2012 se adoptó la Ley General de la Persona con Discapacidad, la cual se mantiene en vigencia hasta la fecha con modificaciones. Sin embargo, aún no se cumpliría con la cuota ideal para la inclusión de la comunidad de personas con discapacidad.
Actualmente, las normas promovidas por el Estado ponen en marco cuáles son las cuotas obligatorias de contratación de personas con discapacidad: 5% de la totalidad del personal para empresas estatales y no menos del 3% para las privadas que tengan más de 50 trabajadores.
Es necesario que el ambiente laboral y las condiciones de accesibilidad sean las mismas para personas que conviven y que no conviven con alguna discapacidad. Esta equidad debe darse en todas las etapas de trabajo, desde la postulación, contratación, desarrollo de tareas y otros. En el caso de la contratación, por ejemplo, estos procesos deben enfocarse en las aptitudes, los conocimientos y las capacidades específicas que se consideren esenciales para las funciones del puesto.
Entre las medidas que pueden tomar las organizaciones una vez que las personas con discapacidad han iniciado su etapa laboral, se encuentran; brindar información como instrucciones o manuales en formatos que les permitan comprenderlos, como lenguaje braille, para personas con discapacidad visual, por ejemplo. Adaptar el espacio laboral a las necesidades del colaborador que convive con alguna discapacidad, apoyo técnico, acceso/ seguimiento a servicios de apoyo en salud tanto física como emocional. Asimismo, se debe revisar que los gastos que realizan los trabajadores con discapacidad se puedan reducir como en el caso de la movilidad.
El COVID-19 incentivó también que las organizaciones pongan atención a las poblaciones vulnerables en torno a su inclusión al ámbito laboral. Durante la pandemia, según un estudio realizado por Marsh, más del 50% de las empresas en el Perú señaló como demasiado importante la revisión de beneficios laborales para la comunidad de personas con discapacidad, asimismo, con la coyuntura el teletrabajo ha resultado una alternativa importante incluso para el desarrollo laboral de las personas con alguna discapacidad física.
Los trabajadores con discapacidades deberían tener las mismas oportunidades que sus demás compañeros de labores. Para ello, es importante contar con el apoyo de especialistas que ayuden a conocer a las organizaciones, las diferencias entre las discapacidades más comunes, debido a que cada realidad es distinta. Ofrecerles las condiciones adecuadas mejorará la productividad en nuestras compañías, además, favorecerá a la imagen corporativa, reafirmando el sentido de pertenencia de sus colaboradores, apostando por una gestión diversa e inclusiva.