Zelenski nació en el este de Ucrania, en la provincia de Dnepropetrovsk, actual Dnipró, el 25 de enero de 1978. (Foto: Difusión)
Zelenski nació en el este de Ucrania, en la provincia de Dnepropetrovsk, actual Dnipró, el 25 de enero de 1978. (Foto: Difusión)

, que cumplió tres años en el poder desde que fue elegido presidente de el 21 de abril del 2019: este antiguo actor de profesión nunca pensó que el cargo le situaría ante los ojos del mundo como piedra angular y símbolo de la resistencia de su país ante la .

Poco podía imaginar Zelenski que su papel de un modesto profesor de historia que llega a la Presidencia del país en la serie de televisión “El servidor del pueblo” se haría realidad cuando arrasó en las urnas con el 73.22% de los votos, desbancando del poder al multimillonario Petro Poroshenko.

Desde que comenzó la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero pasado, Zelenski ha intervenido telemáticamente en los parlamentos de numerosos países europeos, en el Congreso de Estados Unidos y ante las sedes de organismos internacionales para reclamar más armas, más sanciones y más apoyo para su país frente a la agresión.

Zelenski nació en el este de Ucrania, en la provincia de Dnepropetrovsk, actual Dnipró, el 25 de enero de 1978.

Aunque estudió Derecho en la Universidad Nacional Económica de Kiev, nunca llegó a ejercer la abogacía, ya que se decantó por el entretenimiento y pronto se convertiría en una estrella de la televisión.

En marzo del 2018, creó su partido político “Sirviente del Pueblo”, un nombre que había dado título antes a la serie de televisión que protagonizó, y en diciembre de ese año anunció su candidatura a la Presidencia de Ucrania.

El 20 de mayo del 2019, Zelenski fue investido presidente tras ganar con el 73.22% de los votos al nacionalista Petró Poroshenko en la cita electoral de abril anterior. En aquel momento, su primer anuncio fue la disolución de la Rada -la Asamblea nacional- para convocar elecciones legislativas anticipadas para julio de ese año, que ganó su partido también.

Desde esos primeros pasos de su presidencia, su primer objetivo fue dialogar con Rusia y concretamente con su presidente, Vladimir Putin, algo impensable para Poroshenko y muchos políticos ucranianos.

Ese contacto se produjo en diciembre del 2019 mediante una conversación telefónica en la que ambos acordaron un canje de prisioneros, que incluía a los crimeos apresados por las autoridades rusas desde la anexión ilegal de la península en marzo del 2014.

Para afianzar la buena vecindad y buscar una salida al conflicto de la región del Donbás, en el este de Ucrania, propuso a Putin incluir en el diálogo de paz a Estados Unidos y al Reino Unido además del inicial “Cuarteto de Normandía”, del que forman parte Francia, Alemania, Rusia y Ucrania.

La iniciativa de Normandía había propiciado los acuerdos de Minsk que, suscritos en setiembre del 2014, establecían un marco para la paz en la zona, pero que han fracasado.

Zelenski siempre ha defendido la unidad territorial del país y el hecho de que su primer idioma sea el ruso, y no el ucraniano, le ha granjeado el apoyo de los rusoparlantes, que nunca perdonaron a su antiguo rival Poroshenko su nacionalismo.

Apoya la difusión de la lengua y cultura ucranianas, pero se opone a la prohibición del ruso, un tema muy sensible en un país en el que coexisten las dos culturas.

Al mismo tiempo, apoyó la revolución europeísta del Maidán del 2014 que derrocó al presidente prorruso de Ucrania Viktor Yanukóvich; realizó varias actuaciones para los soldados ucranianos enviados a combatir en el Donbás y contribuyó a la causa militar con dinero de su bolsillo, lo que le costó la apertura de una causa penal en Rusia.

Decidido partidario de que su país entre en la Unión Europea (UE), el posible ingreso en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) fue uno de los argumentos de seguridad que ha utilizado Putin para justificar la invasión. Ahora, para detener la invasión rusa, parece proclive a aceptar el estatus de neutralidad del país, pero a cambio de unas garantías de seguridad.