“Japón tiene los Juegos Olímpicos, aquí tenemos los Juegos del Hambre”... y no precisamente la película: conocidos por su alegría, los venezolanos recurren al humor, muchas veces mordaz, para hacer frente a la crisis que azota al país.
“De cada situación sacamos un chiste, de las tristezas o las tragedias”, explica Alejandro Liendo, autor del Diccionario Venezolano, que contiene frases y palabras que identifican a los habitantes del país caribeño.
“Desde que nacemos somos inmunes a las dificultades o al dolor, ya que todo lo mitigamos con humor”, añade. “Se dice que estadísticamente nosotros en Venezuela somos los más felices del mundo, a pesar de estar en crisis”.
El PIB de Venezuela cayó 80% desde 2013 y 65% de los hogares viven en la pobreza. Muchos perdieron peso por falta de acceso a alimentos... en broma hablan de “la dieta Maduro”, con la que todos adelgazan.
- “Llegamos a Venezuela” -
Un chiste: dos amigos venezolanos llegan al Paraíso y los recibe San Pedro:
- “Bienvenidos al Cielo”, les dice. “No se preocupen, aquí no hay trabajo, dinero, hospitales, bancos...”
- “Coño, llegamos a Venezuela”, responden ellos.
Otro: el gobierno del presidente Nicolás Maduro tiene un programa social que vende alimentos a precios subsidiados llamado CLAP: Comité Local de Abastecimiento y Producción. En la calle, un grafiti redefine el acrónimo: “Colas Largas Aplicadas al Pueblo”.
Y así, corren en las redes sociales fotos de pacas de billetes y la leyenda: “un jugo y una empanada por favor”. La hiperinflación, que superó el 1.500.000% en 2018, según estimaciones privadas, hizo que la moneda local, el bolívar, perdiera prácticamente todo su valor.
Hay “memes” de bolívares como rollo de papel higiénico o del programa “¿Quién quiere ser millonario?” con la frase: “Todos somos millonarios” en Venezuela.
Del éxodo de casi cinco millones de venezolanos, que según la ONU huyeron de la crisis para buscar mejores oportunidades en otros países, también hay chistes: “Mi padre es ingeniero, mi madre abogada, mi hermana arquitecta y mi hermano médico. Están en Venezuela y los mantengo yo que no estudié un coño pero estoy lavando carros en Miami”, dice uno.
También se bromea sobre el cambio de profesiones. Un venezolano le dice al taxista después de contarle su vida: “solía ir al psiquiatra pero ya no puedo pagarlo”, a lo que el conductor le responde: “Yo era psiquiatra, pero me quedé sin pacientes y ahora soy taxista”.
- ¿Barbijo o chaleco antibalas? -
Son innumerables los chistes sobre la delincuencia en uno de los países más violentos del mundo, donde bandas criminales gobiernan las barriadas populares.
Está quien bromea con que la Sayona --un fantasma que según la leyenda toma forma de mujer y castiga a los hombres infieles por las noches-- “ya no sale a medianoche sino a mediodía” debido a la inseguridad.
Y a propósito de la visita reciente a Caracas de Steven Seagal, rápido los internautas diseñaron afiches inventados de películas de acción con el actor sosteniendo una pistola y el título: “Steven Seagal en La Cota 905” o “Steven Seagal contra El Coqui”.
La Cota 905 es una peligrosa barriada de Caracas, controlada por una banda liderada por el El Coqui, un criminal buscado por la policía, que también es acusada de ejecuciones extrajudiciales.
Con la pandemia, muchos se preguntan si mejor llevar barbijo o chaleco antibalas.
En su obra sobre el humor gráfico, Ildemaro Torres señalaba ya en 1981 que “el sentido del humor es uno de los rasgos distintivos del carácter del venezolano”.
- El “new look” de Chávez -
La política claramente tampoco escapa al humor.
Un chiste sobre una mujer que llora y le dice al entonces presidente Hugo Chávez: “usted prometió acabar con la pobreza” a lo que el mandatario le responde: “estaba hablando de mi familia”.
Chávez también usó mucho el humor en su forma de hacer política. Una vez dijo en inglés “It’s my new look” (ésta es mi nueva apariencia) cuando apareció calvo por primera vez debido a los tratamientos del cáncer que luego le quitaría la vida.
Tampoco faltan los chistes sobre la oposición y en particular sobre su líder Juan Guaido, que se autoproclamó presidente del país en enero del 2019. Hay montajes ahora que le muestran proclamándose “presidente de Perú”, “de Estados Unidos”, “mejor jugador de la Superbowl”.
“No se toma nada en serio, es una gran desgracia y una gran virtud”, dice Franklin Romero, payaso de la asociación Dr. Payaso. “Una virtud porque da una actitud fresca, evita que te deprimas, pero al mismo tiempo la gente dice ‘hay corrupción, hay pobreza’ y se ríen, cuando no tiene nada de gracioso”.