El Gobierno de Ucrania cree que la guerra a “gran escala de Rusia contra Ucrania” que se inició con la invasión del país el pasado 24 de febrero, “se prolongará más allá del 2022″, aseguraron este miércoles dos altos cargos del Ejército ucraniano.
Así lo afirmaron el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, el general Valerii Zaluzhnyi, y el primer vicepresidente del Comité de Seguridad Nacional, de Defensa e Inteligencia del Parlamento, el teniente general Mykhailo Zabrodskyi, en un artículo titulado “Cómo garantizar una campaña militar en el 2023: perspectiva ucraniana”, que publican los medios locales.
“La guerra a gran escala, desatada por la Federación Rusa contra Ucrania el 24 de febrero de 2022, ha ido más allá del concepto de un conflicto local de intensidad media”, aseguran los militares
Ambos analizan indicadores como el número de fuerzas militares involucradas, la lista de armas y otros equipos de alta tecnología inherentes a esta confrontación militar y que están siendo utilizadas.
En su opinión, este conflicto no encaja en la duración de sus fases con las guerras de principios del siglo XXI, por lo que su duración “ya se mide en meses. Además, hay muchas razones para creer que este conteo de tiempo irá más allá del año 2022″, señalan.
Para ambos, las direcciones potenciales de la ofensiva de las tropas rusas son: llegar a la frontera administrativa de la región de Donetsk (en el este del país), avanzar en dirección a Zaporiyia, cuya central nuclear ya controlan, incrementar las hostilidades armadas desde el territorio vecino de Bielorrusia y hacer otro intento de apoderarse de Kiev
Ambos reconocen los avances que los rusos pueden lograr en estos frentes en los próximos meses que, según dicen, además del beneficio militar, tales acciones estratégicas en el este y sur de Ucrania traerían dividendos políticos y económicos a Rusia.
Moscú lograría con ello “garantizar la seguridad de las autoproclamadas repúblicas independientes (de Donestk y Lugansk) y la finalización lógica, aunque tardía, de la llamada ‘operación especial’, así como impedir el acceso de Ucrania al Mar Negro, estableciendo el control sobre el elemento clave de la energía de Ucrania, sus plantas nucleares del sur”.
Pero al mismo tiempo, los militares mencionan los problemas globales de la Federación Rusa, que pueden interrumpir los planes antes mencionados.
Estos son el aislamiento internacional, la presión económica parcial a través de sanciones internacionales, las dificultades con la movilización general y la falta de armas y equipos modernos, que se agudizarán aún más para la Federación Rusa con el tiempo.