Rusia y Ucrania desempeñan un papel clave en el suministro mundial de materias primas estratégicas para uso industrial y alimentario. Desde el inicio de la invasión rusa, los precios de muchas de estas materias primas se pararon a niveles nunca vistos.
Gas y petróleo
Rusia es uno de los mayores productores de gas y petróleo del mundo, y los inversores se preocupan por posibles rupturas del suministro.
Por el momento, las sanciones económicas evitan cuidadosamente el sector energético, pero Estados Unidos, más independiente que Europa gracias a su producción interna, habla ahora de prohibir las importaciones de petróleo ruso.
Los precios del petróleo, tanto del Brent del mar del Norte como del West Texas Intermediate (WTI) estadounidense, se acercaron el lunes a sus máximos históricos, superando brevemente los US$ 130 por barril por primera vez desde el 2008.
El mismo día, el precio del gas alcanzó su máximo histórico en Europa, con 345 euros por megavatio hora. La Unión Europea (UE) importa el 40% de su gas de Rusia.
Productos agrícolas
Rusia, que se convirtió en el mayor exportador de trigo del mundo en el 2018, es “crucial” para alimentar al planeta, pero la capacidad de exportación de Ucrania también provoca preocupación. Ambos países son un “granero” para el resto del mundo.
En Europa, el precio del trigo se ha disparado desde el inicio del conflicto, alcanzando el lunes un nivel sin precedentes de 450 euros por tonelada.
Ucrania es también el cuarto exportador mundial de maíz y va camino de convertirse en el tercer exportador de trigo, por detrás de Rusia y Estados Unidos.
Ahora para sacar el grano del país, “el operador ferroviario quiere exportar trigo, maíz y girasol a través de la red ferroviaria a los países vecinos (Rumanía, Hungría, Eslovaquia y Polonia)”, comenta la empresa de corretaje Inter-Courtage.
Otros países, como Bulgaria, están tomando medidas para limitar las exportaciones, y Hungría llegó a prohibir las exportaciones de grano el viernes.
El suministro de cereales a países como Egipto, Argelia, Oriente Medio e incluso África, que dependen cada vez más del trigo ruso y ucraniano, “puede ser un problema si se detienen los barcos que transportan trigo desde el mar Negro”, advierte el economista francés Philippe Chotteau.
Según el gabinete especializado Agritel, “el aceite de girasol es el que corre más peligro”.
Famosa por sus interminables campos de girasol, Ucrania es el mayor productor mundial de esta semilla oleaginosa y el mayor exportador de su aceite.
Pero “la situación es muy tensa en el mercado mundial de los aceites. Hay pocas existencias de aceite de soja en América Latina y de aceite de palma en Indonesia y Malasia, mientras que la demanda es muy fuerte”, analiza Sébastien Poncelet, experto de Agritel.
Metales industriales
Los metales industriales “más expuestos” a las sanciones contra Rusia por parte de la comunidad internacional serían el aluminio, el níquel y el paladio, según Capital Economics.
El grupo ruso Rusal es el segundo productor industrial de aluminio del mundo. Este metal alcanzó el lunes otro máximo histórico en la bolsa de metales de Londres (LME), a US$ 4,073.50 por tonelada.
En cuanto al níquel, está Nornickel Norilsk, dirigida por el oligarca Vladimir Potanin. En el 2019, Rusia fue el tercer productor de mineral de níquel, por detrás de Indonesia y Filipinas, pero es el segundo en níquel refinado después de China.
Tras la invasión de Ucrania, Capital Economics estima que el 7% del mercado mundial de níquel refinado “podría verse afectado” por las posibles sanciones.
El metal, que también está batiendo récords en los mercados, es uno de los más codiciados del planeta para su uso en las fábricas de baterías eléctricas, que deberían permitir a la industria del automóvil alejarse del petróleo.
En el caso del paladio, que también está alcanzando un máximo histórico de US$ 3,442.47 la onza, y del que Rusia controla el 50% del mercado mundial, la industria del automóvil también está en primera línea. Se utiliza en la fabricación de catalizadores.
El titanio, un metal apreciado por los fabricantes de aviones por su ligereza y altísima resistencia, también se ve afectado indirectamente por el conflicto. La empresa rusa VSMPO-Avisma, fundada en 1941 en los Urales, es el primer proveedor mundial de la industria aeroespacial, según Olivier Andriès, director general del fabricante de motores aeronáuticos Safran, que afirma tener “unos meses de existencias”.