Los ciudadanos ucranianos que residen en la región de Lugansk, autoproclamada independiente y reconocida por Moscú, están siendo obligados a aceptar un pasaporte emitido por el gobierno separatista y, de rechazarlo, pueden ser represaliados, informó la Dirección de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania en su canal de Telegram.
Lugansk y la vecina Donesk, limítrofes con Rusia, integran la región ucraniana del Donbás y se proclamaron repúblicas independientes de forma unilateral en febrero pasado, después de lo cual fueron reconocidas por Moscú días antes de que ordenase la invasión de Ucrania, el 24 de febrero.
El Ejército ruso ha concentrado sus ataques en las últimas semanas en ambas zonas, que ya controlan parcialmente y en las que reciben la ayuda de las fuerzas paramilitares y autoridades separatistas prorrusas allí instaladas.
“En la ciudad ocupada de Sorokine (en la región de Lugansk), ha comenzado el proceso de emisión de pasaportes (de la República Popular de Lugansk) para ciudadanos ucranianos desplazados de territorios recientemente ocupados”, aseguraron los servicios de inteligencia.
Según precisaron, “los ciudadanos se ven privados de viviendas, propiedades y dinero. Por lo tanto, se ven obligados a aceptar estas condiciones, porque esta es la única forma de recibir pagos en rublos, alimentos y atención médica”.
También indicaron que se adoctrina a los residentes y “en caso de negativa a adquirir la ciudadanía de la pseudorrepública, las personas perderán cualquier medio de subsistencia y se les aplicarán medidas represivas”.
El gobierno de Rusia ya ha obligado a los residentes de otras zonas ocupadas tras la invasión a usar el rublo, como es el caso de la región de Jersón, fuertemente castigada por los bombardeos y limítrofe con el Donbás.
Según las autoridades ucranianas, el Kremlin también planea la convocatoria de referéndum ilegales en las regiones ocupadas para justificar su anexión a Rusia.
Territorio está minado
De otro lado, la mitad del territorio ucraniano, con una superficie de 603,700 kilómetros cuadrados dentro de sus fronteras reconocidas, está contaminado ya por minas o proyectiles sin explotar, denunció el primer ministro ucraniano, Denis Shmigal.
“Surge la enorme necesidad de desminar el territorio. Mas de 300,000 kilómetros cuadrados de territorio de Ucrania están contaminados con minas o proyectiles sin explotar”, precisó en su cuenta de Telegram, según informó la agencia Unian.
El pasado 23 de abril, el jefe de la dirección humanitaria de la administración militar regional de Kiev, Oleksiy Kuleba, había indicado que sólo el desminado de esa vasta región llevará años.
“Se ha determinado el algoritmo de actuación para la reconstrucción de la región de Kiev. Tuvimos combates en 35 comunidades territoriales o bien fueron ocupadas”, informó entonces a la cadena “Dom”.
Recordó que “se trata de un territorio inmenso que, en primer lugar, debe ser inspeccionado, limpiado de minas”. “Si hablamos de desminado completo, entendemos que llevará años”, dijo.