Las incursiones de aviones chinos en la Zona de Identificación de Defensa Aérea (ADIZ) taiwanesa durante los últimos días han provocado que las relaciones entre Taipéi y Pekín atraviesen, afirmaron las autoridades de la isla, “su peor momento” en las últimas cuatro décadas.
En total, casi 150 aviones sobrepasaron en los primeros días de octubre la ADIZ taiwanesa, que Pekín no reconoce y que no equivale a su espacio aéreo, sino que abarca un área más extensa que incluye áreas de China continental.
Pero estas maniobras, calificadas por la prensa china como “un fuerte aviso a los secesionistas taiwaneses y a los países extranjeros que les apoyan”, han hecho saltar las alarmas en Taiwán.
Según reconoció el titular de la cartera de Defensa, Chiu Kuo-cheng, las relaciones entre Taipéi y Pekín atraviesan “su peor momento en 40 años”, mientras que el primer ministro taiwanés, Su Tseng-chang, advirtió en la víspera (martes) que la isla debe “estar alerta” dado que “China está cada vez más encima”.
“El mundo ha visto cómo violan la paz regional y cómo presionan a Taiwán”, dijo Su, citado por el diario local Taipei Times.
Chiu recogió el guante y pidió a la Cámara Legislativa taiwanesa que apruebe un presupuesto especial, por valor de US$ 8,600 millones, para comprar armamento producido en la isla.
Una buena parte, afirmó, se asignará a sistemas antibuque y a desarrollar los misiles supersónicos Hsiung Feng III para contrarrestar a los buques de asalto anfibio Tipo 075 de China.
Según el ministro de Defensa taiwanés, Pekín tiene ya “capacidad para atacar la isla, pero a un alto coste”, el cual sería menor para el 2025, año en el que China podría “organizar una invasión a gran escala”.
Maniobras en el Pacífico
Las maniobras chinas se producen días antes de que la isla celebre su día nacional, el próximo 10 de octubre, y poco después de que la fragata británica HMS Richmond navegara la semana pasada por el Estrecho de Taiwán, algo que enfureció a Pekín.
A esto hay que sumar ejercicios de los portaaviones estadounidenses USS Ronald Reagan y USS Carl Vinson realizados el pasado fin de semana en las costas suroccidentales japonesas de Okinawa, situadas a unos 700 kilómetros de Taiwán.
No en vano, Pekín culpa a Estados Unidos de la crisis al considerar que “hizo mal” al vender armas a Taiwán y al “fortalecer los lazos oficiales y militares con la isla”.
La portavoz china de Exteriores, Hua Chunying, enumeró entre sus críticas “un plan de venta de armas a Taiwán por valor de US$ 750 millones, el aterrizaje de aviones militares en Taiwán y la navegación de buques de guerra a través del Estrecho”.
Estados Unidos, por su parte, ha instado a China a que deje de “provocar” y “desestabilizar” con sus maniobras, mientras que la presidenta taiwanesa, Tsai Ing-wen, recalcó ayer en la publicación estadounidense Foreign Affairs que “Taiwán hará todo lo necesario para defender su democracia si ésta es amenazada”.
La isla se considera un territorio soberano con Gobierno y un sistema político propios bajo el nombre de República de China: “Fracasar a la hora de defender Taiwán no solo sería catastrófico para los taiwaneses, sino que también anularía la arquitectura de seguridad que ha permitido la paz y un extraordinario desarrollo económico en la región desde hace siete décadas”, afirmó.
Reunión China-EE.UU. en Zúrich
Taiwán es, asimismo, uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de la isla y sería su mayor aliado militar en caso de un eventual conflicto bélico con China.
Este martes, el presidente estadounidense, Joe Biden, dijo haber conversado con su homólogo chino, Xi Jinping, acerca de Taiwán y que ambos habían acordado acatar el statu quo actual.
“He hablado con Xi sobre Taiwán. Estamos de acuerdo... en acatar el arreglo sobre Taiwán. Hemos dejado claro que no creo que deba estar haciendo otra cosa que acatar el acuerdo”, señaló.
El mandatario se refería así a los acuerdos que rigen las relaciones entre Estados Unidos y China, por los cuales Washington reconoce desde 1979 a Pekín como el único Gobierno chino.
Sin embargo, el país norteamericano también se comprometió entonces con la defensa de la isla y con el suministro de equipos bélicos, compromiso que le ha generado numerosas fricciones con Pekín, que mantiene que Taiwán es una provincia rebelde e insiste en que retorne a lo que denomina patria común.
Para ello, no ha descartado el uso de la fuerza.
Queda ahora por ver si la cuestión taiwanesa se abordará en la reunión que mantendrán hoy en la ciudad suiza de Zúrich el asesor de Biden, Jake Sullivan, y el máximo responsable de la diplomacia china, Yang Jiechi, encuentro llamado a relajar las tensiones.
Sullivan y Yang se reunirán para dar seguimiento a la conversación telefónica del pasado 9 de setiembre entre Biden y Xi, en la que ambos se comprometieron a “gestionar de forma responsable” los constantes roces entre las dos potencias.