El juicio por sedición a varios miembros del grupo de extrema derecha Oath Keepers (Guardianes del Juramento, en inglés), incluido su fundador, Stewart Rhodes, por su papel durante el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021 comenzó este lunes en Washington con el inicio de los argumentos orales.
Rhodes, líder del grupo, y cuatro de sus miembros están acusados de conspirar para tratar de detener mediante la fuerza la confirmación de la victoria electoral de Joe Biden en las elecciones presidenciales de 2020, en las que el demócrata le arrebató la Presidencia a Donald Trump.
Según la acusación, los cinco integrantes guardaron armas, munición y granadas de mano en un hotel cercano a la capital estadounidense con el objetivo de “impedir a varios congresistas certificar las elecciones”, dijo el fiscal Jeffrey Nestler.
Para Nestler, este simple hecho, más allá de que existan o no acuerdos verbales o por escrito, es suficiente para ameritar la acusación de conspiración para cometer sedición.
Durante su declaración, el fiscal describió a los integrantes del grupo como “líderes” bien organizados de la marabunta de personas que ese día asaltó la sede del Poder Legislativo.
Durante el ataque, que dejó 5 fallecidos y más de 140 agentes heridos, Rhodes se mantuvo afuera del edificio supervisando la operación, mientras que otro de los acusados, Kelly Meggs, encabezó un grupo de 14 personas hasta el interior del Capitolio, donde se dividieron en dos grupos de 7, uno dirigido al Senado y el otro a la Cámara de Representantes.
La defensa tratará de convencer al jurado de que Rhodes y los suyos actuaban bajo el convencimiento de que el entonces presidente, Donald Trump, planeaba invocar una norma de 1807 que permite al comandante en jefe de las Fuerzas Armadas pedir a grupos paramilitares ciudadanos intervenir para hacer cumplir la ley, algo que nunca hizo.
Los Oath Keepers son una organización poco estructurada vinculada a las milicias ciudadanas y que, aunque acepta a cualquiera como miembro, centra sus tareas de reclutamiento en exmilitares, policías y personal de primeros auxilios.
Está previsto que el juicio en el Tribunal Federal de Distrito de Washington dure entre cuatro y seis semanas, y es el primero de varios contra grupos de extrema derecha por acciones antigubernamentales.