Israel se encuentra en un dilema en cuanto a cómo lidiar con oligarcas rusos judíos en momentos en que la comunidad internacional impone sanciones a empresarios vinculados al presidente ruso Vladimir Putin.
El gobierno israelí ha nombrado una comisión especial para estudiar maneras en que el país pueda seguir honrando su principio fundacional de servir de refugio para todo judío, sin violar las sanciones impuestas a los allegados de Putin.
“Israel no será una vía para evadir las sanciones impuestas contra Rusia por Estados Unidos y otros países occidentales”, enfatizó el canciller israelí, Yair Lapid, el lunes en una parada en Eslovaquia.
Varios empresarios rusos judíos al parecer han conseguido la nacionalidad o la residencia israelí en años recientes. Muchos tienen buenas relaciones de trabajo con el Kremlin, y por lo menos cuatro de ellos —Roman Abramovich, dueño del equipo Chelsea FC; Mikhail Fridman, Petr Aven y Viktor Vekselberg— están ahora sancionados por sus supuestos vínculos con Putin. Algunas de las sanciones datan incluso de antes de la invasión rusa a Ucrania.
Israel, que se ha perfilado como posible mediador entre Kiev y Moscú, no se ha sumado a las sanciones impuestas por Estados Unidos, Gran Bretaña, la Unión Europea y otros. Pero a medida que la guerra continúa y se añaden más nombres a la lista, la presión aumenta.
En una entrevista con el Canal 12 de la televisión israelí este fin de semana, la subsecretaria de Estado para asuntos políticos de Estados Unidos, Victoria Nuland, llamó a Israel a sumarse a las sanciones contra Rusia.
“Lo que estamos pidiendo, entre otras cosas, es que todas las democracias del mundo se nos unan en las sanciones contra las exportaciones y contra el sistema financiero ruso”, declaró Nuland.
“Nadie va a querer ser el último refugio que queda al dinero sucio que está alimentando las guerras de Putin”, añadió.
Aaron David Miller, veterano diplomático estadounidense hoy retirado, escribió en Twitter que los comentarios de Nuland conforman “la crítica más dura de Estados Unidos contra una política israelí desde que empezó esta crisis o de hecho, desde hace mucho tiempo”.
Israel, fundado como refugio para los judíos del mundo después del Holocausto, otorga ciudadanía automáticamente a todo judío. Desde la desintegración de la Unión Soviética hace 30 años, aproximadamente un millón de judíos de Rusia y de otras antiguas repúblicas soviéticas han emigrado a Israel. En años recientes, se han sumado muchos empresarios de países que antes eran de la Unión Soviética.