Un aumento en los préstamos privados para proyectos de energía renovable en esta década es clave para cumplir los objetivos globales de limitar el aumento de las temperaturas en todo el mundo, según la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA; por sus siglas en inglés).
Gobiernos y empresas se esfuerzan para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y limitar el aumento de las temperaturas globales a 1.5 grados centígrados. Para lograrlo, IRENA, la asesora de cambio climático y energía renovable de las Naciones Unidas con sede en Abu Dabi, estima que los prestamistas privados y los mercados de capitales tendrán casi que cuadruplicar la financiación para proyectos de energía renovable esta década, a unos US$ 3.2 billones al año.
Los mercados ya comenzaron a impulsar un giro hacia las energías renovables, dado que los costos de proyectos como la energía solar y eólica han caído ante una menor demanda de energía de fuentes emisoras de carbono, según el director general de IRENA, Francesco La Camera.
La demanda de petróleo ya alcanzó su punto máximo y la construcción de centrales eléctricas que utilizan fuentes de energía renovable supera constantemente las adiciones de generadores que utilizan combustibles tradicionales, dijo.
“Los cambios que estamos viendo son estructurales”, dijo La Camera en una entrevista. “Esta década será decisiva” para asegurar que se implemente el cambio hacia energías más limpias.
Incluso el año pasado, cuando el coronavirus impactó las economías del mundo, la cantidad de instalaciones de energía renovable que construyeron los productores de energía cuadruplicó con creces la cantidad de capacidad agregada en las plantas que utilizan combustibles fósiles o tecnología nuclear. La capacidad instalada de generación de energías renovables alcanzó un récord de 260 gigavatios en el 2020, según IRENA.
Es necesario que Gobiernos y prestamistas reduzcan el financiamiento para proyectos de energía de combustibles fósiles al tiempo que eliminan los subsidios para esos tipos tradicionales de energía, dijo IRENA en su informe sobre la perspectiva mundial de transición energética. El gasto de los Gobiernos tendría casi que duplicarse a cerca de US$ 780,000 millones anuales durante el período hasta 2050 para ayudar a impulsar dicho cambio, indicó IRENA.
Ese financiamiento gubernamental será clave para que los prestamistas privados sientan la confianza para brindar la inversión necesaria para las transiciones energéticas, comentó La Camera.
Es probable que el gasto adicional tenga beneficios económicos. Los costos adicionales de US$ 33 billones durante las próximas tres décadas resultarán en ahorros de entre US$ 61 billones y US$ 164 billones.