El parlamento de Rusia aprobó este martes un proyecto de ley que otorga a los fiscales poderes para cerrar oficinas de medios extranjeros en Moscú si un país occidental ha sido “antipático” con medios rusos, luego del cierre de algunos servicios de comunicación estatales rusos en Occidente.
El proyecto de ley, aprobado en primera lectura por la cámara baja del parlamento, o Duma, también prohíbe la distribución de artículos u otros materiales de medios que hayan sido cerrados por la fiscalía.
El texto debe someterse a dos lecturas más, ser revisado por la cámara alta del Parlamento y ser firmado por el presidente Vladimir Putin para convertirse en ley.
A los periodistas de una organización de medios considerada infractora según el proyecto de ley se les retiraría la acreditación del Ministerio de Relaciones Exteriores, lo que significa que no podrán trabajar en Rusia.
El nuevo proyecto de ley se suma a los desafíos que enfrentan los medios extranjeros después de que Rusia adoptó en marzo una ley que penaliza lo que denominó la difusión de noticias “falsas” sobre su ejército.
“En la situación geopolítica actual, los medios de comunicación se han convertido en un instrumento de influencia en el estado informativo de la sociedad”, dijeron los legisladores en una nota explicativa oficial del proyecto de ley.
La nota, que Reuters vio, también decía: “De conformidad con el proyecto de ley, un periodista y un corresponsal extranjero pueden perder su acreditación si se establece el hecho de una acción hostil mediante la imposición de restricciones a la distribución de los medios de comunicación rusos que operan en un país extranjero.”
El proyecto de ley fue presentado por legisladores influyentes, incluido Andrei Lugovoy, quien fue acusado en ausencia por los fiscales británicos por el asesinato por envenenamiento de Alexander Litvinenko en el 2006. Lugovoy, un exguardaespaldas de la KGB, ha negado repetidamente los cargos.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, ha reprendido repetidamente a Occidente por impedir que los medios prokremlin, como la agencia de noticias Sputnik y el canal de televisión RT, operen al retirar sus licencias de transmisión y sancionar a los medios, medidas que, según él, muestran un desprecio por la libertad de prensa.
En marzo, el presidente Putin firmó una ley que impone una pena de prisión de hasta 15 años por difundir intencionalmente noticias “falsas” sobre el Ejército, lo que llevó a algunos medios occidentales a sacar a sus periodistas de Rusia. Otras organizaciones occidentales, incluida Reuters, se han quedado en el país y continúan informando.
Los funcionarios rusos no usan la palabra “invasión” y dicen que los medios occidentales han creado un relato excesivamente parcial de lo que llaman la “operación especial” de Rusia en Ucrania, que ignora las preocupaciones de Moscú sobre la ampliación de la OTAN y la supuesta persecución de rusoparlantes.