Israel, que alguna vez lideró la carrera de vacunación contra el COVID-19, es ahora uno de los focos de la pandemia más grandes del mundo.
Inicialmente se proyectaba que sería el primero en vacunar a toda su población, pero en la semana hasta el 4 de setiembre, el país tuvo el mayor número de casos per cápita, según cifras compiladas por la Universidad Johns Hopkins.
Los casos diarios subieron a un máximo histórico de 11,316 el 2 de setiembre. No obstante, el número de personas que se enfermaron gravemente y fueron hospitalizadas aumentó más lentamente que durante la última ola de coronavirus, alcanzando un máximo de 751 a fines de agosto, en comparación con 1,183 a mediados de enero.
La vivencia reciente de Israel muestra cómo el cálculo cambia en los lugares donde el progreso fue más rápido. Ya no se trata solo de si las personas contraen el coronavirus, sino también de cuán gravemente se les desarrolla. Es fundamental asegurarse de que las vacunas sigan funcionando contra la variante delta altamente infecciosa.
En medio de la indeterminación en las comunidades judías y árabes ortodoxas, la inigualable tasa de inoculación de Israel ha caído en la tabla de clasificación, pasando del primer puesto al 33 en el Vaccine Tracker de Bloomberg. Alrededor del 61% de los israelíes han recibido dos dosis, menos que entre los rezagados europeos anteriormente en el año, como Francia y España.
Para los funcionarios de salud pública y los políticos de Israel, el más reciente capítulo de la pandemia ha significado centrarse en las vacunas de refuerzo de la vacuna Pfizer-BioNTech para las personas mayores y en riesgo.
Hasta el 6 de setiembre, al menos 2.6 millones de personas en Israel, el 28% de la población —incluido el 64% de los mayores de 60 años— ha recibido refuerzos, según el Ministerio de Salud. Las dosis adicionales también están disponibles para cualquier persona mayor de 12 años que haya sido vacunada hace al menos cinco meses.
Epidemiólogos dicen que los casos entre los mayores de 30 años ya están disminuyendo gracias a los refuerzos y las leyes que indican que el acceso a bares y restaurantes es exclusivo para los que están completamente vacunados. La tasa más alta de casos nuevos en las últimas semanas se da entre niños menores de 12 años, según Ran Balicer, presidente del panel asesor de expertos del Gobierno sobre COVID.
Sin embargo, queda un comodín: el regreso a las escuelas la semana pasada podría cambiar la dinámica de transmisión y exponer a todos los grupos de edad a la infección cuando los niños lleguen a la casa con COVID, dice Balicer.