Una “epidemia” de sobrepeso y obesidad, que causa más de 1.2 millones de muertes al año, castiga a Europa, alertó la Organización Mundial de la Salud (OMS) en un nuevo informe.
“La tasa de sobrepeso y de obesidad han alcanzado niveles epidémicos en toda la región y siguen progresando”, lamentó en un comunicado la sección europea de la Organización, que agrupa a 53 Estados.
En Europa, cerca de un cuarto de los adultos son obesos, cifras solo superadas por la región Américas, según la OMS.
Ningún país de la región puede parar el avance y la magnitud del problema, que se incrementó durante la pandemia del COVID-19, durante la cual se favoreció el sedentarismo y una dieta poco saludable.
Además, la obesidad es un factor de riesgo adicional en el COVID-19 y en otras enfermedades graves.
“El aumento del índice de masa corporal es un factor de riesgo mayor de enfermedades no transmisibles como el cáncer y las enfermedades cardiovasculares”, dijo el director de la OMS Europa, Hans Kluge, citado en el informe.
La obesidad sería la causa de 1.2 millones de muertes por año, es decir del 13% de las muertes en la región, según este estudio.
En concreto, el sobrepeso origina al menos 13 tipos de cáncer y sería el origen de 200,000 nuevos casos de cáncer al año, según la OMS.
Y “esta cifra aumentará en los años venideros”, previó la organización.
Los últimos datos completos disponibles, que se remontan al 2016, muestran que el 59% de los adultos y casi un niño de cada tres (29% de los chicos y el 27% de las chicas) tienen sobrepeso en Europa.
En 1975, apenas un 40% de los adultos europeos tenían sobrepeso.
La prevalencia de la obesidad en los adultos se ha disparado un 138% desde esa fecha, con una progresión del 21% entre el 2006 y 2016.
Según la OMS, la pandemia de COVID-19 permitió tomar consciencia del impacto de la epidemia de sobrepeso en la región.
En paralelo, las restricciones (cierre de escuelas, confinamiento) “comportaron un aumento de la exposición a ciertos factores de riesgo que influyen en la probabilidad de que una persona padezca obesidad o sobrepeso”, subrayó Kluge.
La pandemia está en el origen de unos cambios nefastos en los hábitos alimentarios y deportivos cuyos efectos, duraderos, deberían invertirse, defendió la OMS.
“Las intervenciones políticas que apuntan contra los determinantes medioambientales y comerciales de una mala alimentación son susceptibles de ser los más eficaces para darle un giro a la epidemia”, consideró la organización.
Según la OMS, también conviene gravar las bebidas azucaradas, subvencionar los alimentos saludables, limitar la venta de alimentos nocivos a niños y apoyar los esfuerzos para incentivar la actividad física a lo largo de toda la vida.