La Organización Mundial de la Salud (OMS), que estableció un mecanismo para distribuir rápidamente vacunas contra el COVID-19 a los países pobres, anunció que mantiene discusiones al respecto con Pfizer y Moderna.
El mecanismo Covax, (Acceso Mundial a las Vacunas contra el COVID-19) forma parte del dispositivo internacional creado por la OMS para acelerar un acceso justo a las herramientas para luchar contra la enfermedad.
La OMS, que trabaja sobre el tema con la Alianza para las Vacunas (Gavi) tiene como objetivo suministrar unas 2,000 millones de dosis para finales del 2021.
Por el momento, ya ha asegurado unos cientos de millones de dosis de las vacunas candidatas desarrolladas por AstraZeneca, Novavax y Sanofi-GSK, que aún no han sido autorizadas por las autoridades nacionales.
“Igualmente estamos en conversaciones con Pfizer y Moderna para saber si estos productos pueden formar parte de la fase inicial de lanzamiento de vacunas”, declaró el asesor principal del jefe de la OMS, Bruce Aylward, en Ginebra.
Sin embargo, “también debemos asegurarnos que tienen precios apropiados para las poblaciones y países que intentamos ayudar”, señaló.
La vacuna desarrollada por los laboratorios estadounidense Pfizer y alemán BioNTech es la primera que ha recibido la luz verde de las autoridades reguladoras en varios países. Las campañas de vacunación ya han comenzado en el Reino Unido y Estados Unidos.
Se espera que la vacuna de Moderna reciba rápidamente las autorizaciones.
Luz al final del túnel
En Ginebra, Aylward celebró los comentarios del jefe de Pfizer, Albert Bourla, que se comprometió públicamente a reducir el precio de la vacuna en los países con bajos ingresos.
“Declaró que ‘estamos comprometidos a asegurarnos de que nuestros productos sean utilizados en todo el mundo y reconocemos que esto necesita fijar los precios a un nivel justo para que funcione’”, declaró Aylward.
El responsable de la OMS indicó igualmente que el mecanismo Covax deseaba proponer una cartera diversificada de vacunas y evaluaría “cualquier producto que haya demostrado su eficacia, seguridad y calidad”.
Las vacunas desarrolladas por China y Rusia podrían igualmente ser evaluadas y utilizadas por la OMS “si responden a las normas de eficacia y seguridad”, apuntó.
Casi un año después de que se descubrieran los primeros casos de nuevo coronavirus en China, Aylward estimó que con la llegada de las vacunas “hay luz al final del túnel”, señalando, no obstante, que este es “largo”.
La pandemia ha provocado ya más de 1.6 millones de muertes en todo el mundo.