A medida que la variante ómicron cobra impulso en Europa y Estados Unidos, los científicos están revisando sus expectativas para la pandemia de COVID-19 del próximo año.
Hace apenas unas semanas, los expertos en la enfermedad predecían que los países comenzarían a salir de la pandemia tras soportar una serie de repuntes impulsados por las variantes alfa, beta, gamma y delta. En primer lugar, lo harían las poblaciones con una importante exposición al coronavirus, a través de una combinación de infecciones y vacunación.
En esos lugares, se esperaba que el COVID-19 se convirtiera en una enfermedad endémica, con brotes periódicos o estacionales menos graves. Las vacunas, disponibles durante gran parte del 2021 sólo en los países ricos, llegarían a la mayoría de la población mundial a finales del año que viene.
Sin embargo, la rápida propagación de la variante muy mutada ómicron, identificada a finales de noviembre, y su aparente capacidad para reinfectar a las personas a un ritmo mayor que sus predecesoras, está minando esa esperanza.
Los países ya están volviendo a tomar las medidas que se usaron en los primeros momentos de la pandemia: restringir los viajes, volver a imponer el uso de mascarillas y desaconsejar las grandes reuniones durante las vacaciones del invierno boreal.
Si bien no se ha vuelto al punto de partida, habrá que vacunar o exponer al COVID-19 a una mayor parte del mundo para superar lo peor de la pandemia, explicaron expertos en enfermedades a Reuters.
“La gente está harta de la pandemia y Dios sabe que yo lo estoy, pero, a menos que alguna urgencia obligue a nuestros dirigentes a tomar medidas, realmente veo que el 2022 será mucho más de lo mismo que vimos en el 2021″, dijo la doctora Angela Rasmussen, viróloga de la Organización de Vacunas y Enfermedades Infecciosas de la Universidad de Saskatchewan en Canadá.
Incluso después de que el COVID-19 se convierta en una enfermedad más endémica, las nuevas variantes generarán brotes y repuntes estacionales durante los próximos años.
“Siempre habrá un número de referencia de casos, hospitalizaciones y muertes por COVID”, dijo el doctor Amesh Adalja, experto en enfermedades infecciosas del Centro de Seguridad Sanitaria Johns Hopkins. “Mucha gente no se ha hecho a la idea”.
La esperanza es que el virus disminuya hasta el punto de dejar de ser perturbador. Sin embargo, vivir con COVID-19 no significa que el virus deje de ser una amenaza.
Por el contrario, la gente tendrá que estar preparada para adaptarse cuando aparezca la siguiente variante, dijo el doctor Tom Frieden, presidente ejecutivo de Resolve to Save Lives, una iniciativa de salud pública mundial, y exdirector de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos. “Hay que reconocer que en determinados momentos va a ser más seguro hacer cosas que en otros”.
¿Fase pandémica termina en el 2022?
Algunos científicos no están del todo dispuestos a abandonar la esperanza de que algunas partes del mundo salgan de la pandemia el próximo año. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 270 millones de personas se han infectado con COVID-17, mientras que se calcula que el 57% de la población mundial ha recibido al menos una dosis de la vacuna, lo que representa una protección que no existía hace dos años.
“Aunque esa inmunidad no sea tan buena contra ómicron, no significa que no tenga valor. Y esa inmunidad es más eficaz contra la enfermedad grave que contra el contagio”, afirmó el doctor David Dowdy, epidemiólogo de enfermedades infecciosas de Johns Hopkins.
Hasta ahora, la mayoría de los estudios sobre la eficacia de las vacunas contra ómicron se han centrado en los anticuerpos neutralizantes, que se adhieren al virus e impiden que entre e infecte las células. Los resultados de los análisis de sangre de personas totalmente vacunadas muestran que ómicron ha aprendido a escapar de la neutralización; una dosis de refuerzo podría restaurar esa protección.
Las células T del sistema inmune, que destruyen las células infectadas, también parecen seguir siendo capaces de reconocer la variante. Muchos expertos creen que esta segunda línea de defensa evitará hospitalizaciones y muertes.
“Todavía hay mucha gente que es susceptible” porque aún no está vacunada, dijo la doctora Celine Gounder, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Nueva York. Esa era una de las razones por las que cree que pasará algún tiempo antes de que el mundo pase de la pandemia a la endemia de COVID-19, agregó.
Mientras tanto, vivir con COVID en el 2022 significará probablemente evaluar los riesgos locales y protegerse mediante la vacunación, el enmascaramiento y el distanciamiento social.
“Cuando voy a la tienda esta tarde, lo que me ayuda es saber cuánto COVID hay en mi comunidad”, afirmó el doctor Robert Wachter, presidente del Departamento de Medicina de la Universidad de California en San Francisco.
“No habrá una sola situación de pandemia. Habrá diferentes estados para diferentes personas y para diferentes regiones. Y así será en el futuro inmediato”, declaró.