La Organización Mundial del Comercio (OMC) señaló que sus países miembros no consiguieron ningún acuerdo sobre la liberación de las patentes de las vacunas del COVID-19 que reclaman algunas naciones para asegurar un reparto más igualitario.
Después de una reunión de dos días del consejo que trata las cuestiones de propiedad intelectual (Adpic), su presidente Dagfinn Sorli admitió que dicho órgano “no está en condiciones de acordar una conclusión concreta y positiva”.
El comunicado explica que algunos países miembros “alertaron del riesgo de no conseguir una solución si las delegaciones no son capaces de asumir compromisos reales”.
“Un resultado positivo y significativo no solo enviaría un poderoso mensaje de solidaridad global, sino que sería la prueba de que la OMC tiene la capacidad de responder a una gran crisis global”, añadieron estos miembros.
Sudáfrica e India habían pedido que se levantaran temporalmente los derechos de propiedad intelectual para las vacunas contra el coronavirus para aumentar su producción y solucionar el acceso desigual entre países ricos y pobres.
Sin embargo, los gigantes farmacéuticos y sus países de origen se oponen argumentando que las patentes no son el principal obstáculo para escalar la fabricación y que dicha acción minaría la innovación.
La presión para un acuerdo crece a medida que se acerca la 12ª conferencia ministerial de la OMC, que tendrá lugar del 30 de noviembre al 3 de diciembre en Ginebra (Suiza).
La organización funciona por consenso, con lo que los 164 estados miembros deben dar su luz verde a cualquier acuerdo.
Sorli señaló que seguirán trabajando para alcanzar un consejo antes del encuentro ministerial. Hay más discusiones previstas para el 26 de octubre.
Numerosos países y oenegés, además de la Organización Mundial de la Salud, han apoyado la propuesta de Sudáfrica e India.
De media, los porcentajes de vacunación son 30 veces superiores en los países ricos que en los pobres.
Mientras algunos países ya administran la tercera dosis de la vacuna, miles de millones de personas todavía no tuvieron acceso a la primera.
La directora de la OMC, la nigeriana Ngozi Okonjo-Iweala, dijo que esta desigualdad era “devastadora para las vidas y los sustentos de los africanos” y “moralmente inaceptable”.