Las negociaciones en la Organización Mundial del Comercio (OMC) para limitar a nivel global los subsidios a la pesca se reanudarán el 30 de mayo, y en ellas se espera ultimar un texto final de cara a la XII Conferencia Ministerial que empieza el 12 de junio, afirmó el presidente de la mesa negociadora, Santiago Wills.
“Todo el mundo ha expresado su compromiso a terminar las negociaciones antes de la Conferencia Ministerial”, destacó Wills, embajador colombiano ante la OMC y jefe y coordinador de las negociaciones, que esta semana se reanudaron en Ginebra bajo la llamada “Semana de la Pesca”.
Afirmó al final de la semana de negociación que el tono del debate fue “positivo y constructivo”, ya que los países miembros mostraron “una nueva flexibilidad” después de décadas de difícil avance por, entre otros factores, la diferente posición de las economías desarrolladas, las emergentes y las aún en desarrollo.
“Todas las partes han hecho concesiones para lograr un texto relativamente avanzado en lo que a convergencia se refiere”, subrayó.
Entre los puntos aún no consensuados destaca el tiempo en el que los países en desarrollo podrían todavía conceder ciertas subvenciones a su pesca, aunque las economías desarrolladas ya no pudieran hacerlo.
“La mayoría de los países miembros apuntan a un periodo de transición que oscile entre cinco y siete años, aunque algunos sugieren aumentarlo a 25 años y otros lo recomiendan más corto”, explicó Wills al analizar las conversaciones de esta semana.
Similares divergencias existen en cuanto a qué países podrían quedar exentos de los límites a las subvenciones alegando una baja cuota en la pesca mundial: los miembros de la OMC han sugerido porcentajes por debajo de entre el 0.7% y el 1.2% respecto a las capturas globales.
“Algunos recomiendan menos que eso, y otros sugieren una diferente estructura de la provisión”, explicó Wills.
De manera paralela, el acuerdo permitiría ciertos subsidios a la pesca artesanal pero a una distancia limitada de la costa, y mientras algunos países piden reducir ésta a 12 millas náuticas (22 kilómetros), otros piden ampliarla hasta las 200 millas náuticas (370 kilómetros).
Otros puntos espinosos que se debatieron estos días fueron la posibilidad de prohibir subsidios al gasóleo para los barcos pesqueros, algo a lo que España y otros países de la UE se oponían en principio por su importancia para el mantenimiento del sector.
La exigencia de notificar el uso de mano de obra forzada en la pesca (un punto solicitado por Estados Unidos en referencia a las dudosas prácticas de países como China), los subsidios a la pesca en aguas lejanas y el “reabanderamiento” (pesqueros que cambian de bandera para tener ciertas ventajas) también se trataron estos días.
“Necesitemos que el texto en limpio esté listo antes de que los ministros (de Comercio) se reúnen el Ginebra el 12 de junio”, reiteró el embajador colombiano, advirtiendo que la semana que comenzará el 30 de mayo “será la última oportunidad para alcanzar el acuerdo”.
Uno de los principales objetivos de las negociaciones, que se prolongan desde hace 20 años, es acabar con subsidios que patrocinan la pesca ilegal y la sobrepesca, poniendo en peligro el ecosistema marino.
Tras décadas de paralización, similar a la que sufren otras negociaciones de la llamada Ronda de Doha iniciada en el 2001, la cuestión de los subsidios pesqueros ha ganado cierto impulso a raíz de que la ONU la haya considerado estratégica para los objetivos de desarrollo global, dado su aspecto medioambiental.
Según cifras de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la sobrepesca afecta a una tercera parte de los caladeros mundiales, y tres veces más que hace 50 años.
Aunque las economías de renta media y baja piden un tratamiento diferenciado, las naciones desarrolladas argumentan que poco ayudará una hipotética prohibición de subsidios si se aplica de esa forma flexible a potencias como China, Perú o Indonesia, que lideran la pesca mundial, pero son países en desarrollo.