La creciente comunidad de inmigrantes venezolanos en Estados Unidos y su falta de servicios formales de transferencia de dinero son un incentivo para que las empresas de remesas operen en el país, según el Diálogo Interamericano (DIA).
Las transferencias desde Estados Unidos representan el 38% de los aproximadamente US$ 4,200 millones en remesas enviados este año, pero solo el 3% del dinero se transfiere a través de canales formales, según un nuevo informe del grupo de expertos con sede en Washington.
En solo cuatro años, Venezuela se ha convertido en un país muy dependiente de las remesas, según el informe al que tuvo acceso Bloomberg News. Alrededor del 29% de los hogares venezolanos reciben dinero del extranjero, con más de siete millones de personas que han salido del país.
El mercado de remesas se ha mantenido informal después de que Venezuela rompió relaciones con los bancos extranjeros y debido a los controles de divisas anteriores.
Pero las conversaciones sobre el alivio de las sanciones de Estados Unidos y la aceptación del dólar estadounidense por parte del Gobierno para las transacciones cotidianas representan una oportunidad para las empresas, aunque estos cambios tomen algún tiempo, dijo a Bloomberg News el analista del DIA, Manuel Orozco.
Según Orozco, mientras haya una señal de alivio de las sanciones en el contexto de las negociaciones políticas, los incentivos para que el sector empresarial haga negocios aumentarán, y eso es básicamente lo que se está viendo en el 2023.
La inclusión financiera en Venezuela es una de las más altas de la región, con un 80% de personas que posee cuentas bancarias y, sin embargo, la mayoría de los migrantes recurren a canales informales para enviar dinero.
Los expertos en tecnología utilizan criptomonedas, y un número limitado de personas recurre a terceros con acceso a aplicaciones de pago como Zelle o Airtm, o incluso trae dinero físico al país. Otros encuentran intermediarios dispuestos a cambiar dólares en una cuenta extranjera por efectivo o bolívares.