El periódico Novaya Gazeta, cuyo redactor jefe Dimitri Muratov fue galardonado este viernes con el Nobel de la Paz, es uno de los medios de investigación que subsisten en Rusia, un compromiso que ha costado la vida a varios de sus periodistas.
La entrega del premio a Muratov, de 59 años, coincide con el 15º aniversario del asesinato de su emblemática periodista Anna Politkovskaya, cuyo crimen prescribió el jueves sin que sus autores intelectuales hayan rendido cuentas ante la justicia.
El Nobel llega también cuando la ola de represión a la oposición rusa arrecia y los medios independientes y las ONG críticas con el Kremlin son acusados de extremismo o de trabajar a sueldo de países extranjeros.
“No iremos a ninguna parte, no somos agentes a sueldo de países extranjeros, no recibimos financiación externa, nos quedaremos a vivir y a trabajar en Rusia”, insistía Muratov el pasado marzo, en un momento en que un número importante de opositores y periodistas dejaban el país tras la encarcelación del principal adversario del Kremlin, Alexéi Navalni.
Novaya Gazeta ha publicado en los últimos años artículos sobre corrupción, informaciones sobre las ejecuciones extrajudiciales y persecuciones contra homosexuales en Chechenia y también participó en la investigación internacional de los “Panama Papers” o “Papeles de Panamá”, sobre blanqueo de capital en paraísos fiscales.
El fantasma del cierre
Desde su creación, en 1993, Novaya Gazeta ha pagado un enorme precio por su trabajo y seis de sus empleados han sido asesinados. A todos ellos dedicó el Nobel Muratov este viernes.
“No puedo atribuirme el mérito. Es de Novaya Gazeta. Es de los que murieron defendiendo el derecho de la gente a la libertad de expresión”, dijo el galardonado, citando uno a uno sus nombres.
El caso más conocido fue el de Anna Politkovskaya, conocida por sus críticas a las políticas del Kremlin en Chechenia, asesinada el 7 de octubre del 2006. Los autores intelectuales del crimen aún no han sido identificados.
“No es un secreto para nadie que cuando Anna Politkovskaya fue asesinada quise cerrar el periódico. Este periódico es peligroso para la vida de la gente”, dijo Muratov, que ha sido redactor jefe del medio prácticamente sin interrupción desde los años noventa.
Pero los periodistas le convencieron de seguir adelante.
El año 2009 fue especialmente duro, con tres colaboradores del periódico asesinados, entre ellos una persona muy cercana a Politkovskaya, Natalia Estemirova, secuestrada en Grozni y encontrada muerta poco después en la vecina república de Ingusetia.
La historia de Novaya Gazeta comenzó cuando los periodistas del diario Komsomolskaya Pravda decidieron crear un nuevo medio de comunicación.
El último dirigente de la era soviética, Mijaíl Gorbachov, les ayudó a lanzarlo invirtiendo para ello el dinero recibido justamente cuando ganó el Nobel de la Paz en 1990, explicó en su momento el redactor jefe de la época, Serguéi Kojeurov.
La investigación
Actualmente, Gorbachov sigue poseyendo, junto al empresario Alexander Lebedev, muy crítico con el Kremlin, partes minoritarias del periódico. El resto pertenece a la redacción.
El primer número de esta publicación salió de imprenta el 1 de abril de 1993.
“Estábamos divididos en tres equipos: un día éramos periodistas, otro día tipógrafos y otro, diseñadores”, cuenta la redacción en su página web, ironizando sobre los escasos medios que poseían en aquel momento.
El diario comenzó rápidamente a destacar por la calidad de sus trabajos de investigación.
Novaya Gazeta ahondó en temas delicados, incluyendo aquellos que, desde la llegada al poder de Vladimir Putin en el 2000, resultaban inabordables para otros medios, comenzando por la guerra en Chechenia.
Hasta hoy, el diario, que se publica tres veces por semana, sigue ofreciendo largos artículos de investigación, profundos y mordaces, aun sabiendo que eso les sitúa en el punto de mira de las autoridades.
En el 2016, Novaya Gazeta denunció la existencia de un complejo sistema de sociedades offshore vinculadas al presidente ruso, analizando el material destapado por los “Papeles de Panamá” divulgados por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ).
En abril del 2017, el periódico también publicó la existencia de “campos de detención secretos” para homosexuales en Chechenia.
Muy respetado en el extranjero, Novaya Gazeta sigue siendo un medio aún marginal en Rusia, donde lo lee una minoría.