Los enfrentamientos del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, con las élites empresariales lo han ayudado a acercarse al triunfo en las elecciones intermedias de junio, pero también han golpeado la inversión y la recuperación económica ante la pandemia del coronavirus.
Ahora, un mensaje contrastante y más amigable para el sector privado está emergiendo de funcionarios y candidatos del partido gobernante, Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que miran hacia el resto de su administración, ansiosos por demostrar que pueden generar empleos y crecimiento.
“Voy a darle prioridad a la inversión, provenga de donde provenga”, dijo Alfonso Durazo, exsecretario de Seguridad de López Obrador, quien está lanzando una serie de proyectos para revitalizar el norteño estado Sonora si es electo gobernador de Morena en los próximos comicios.
Hasta ahora, los mexicanos han respaldado a López Obrador en su impulso para renegociar o cancelar miles de millones de dólares en contratos que, según él, fueron producto de oscuros acuerdos entre las grandes empresas y políticos corruptos.
Las encuestas de opinión sugieren que Morena y sus aliados dominarán las elecciones nacionales, estatales y municipales, ganarán la mayor parte de las 15 gobernaciones en juego y podrían acercarse a una mayoría de dos tercios en la cámara baja del Congreso.
Pero ese apoyo refleja en parte el descontento con los partidos anteriores, y funcionarios, legisladores y votantes dicen que la agrupación política de López Obrador debe mejorar el desempeño de la economía para mantenerse en la cima a largo plazo.
Los candidatos a gobernador de Morena para estados como Baja California y Sinaloa, en el norte, y Tlaxcala, en el centro, así como los aspirantes a alcalde en Guadalajara y sus suburbios, la segunda ciudad más importante de México, han mostrado clara apertura hacia los inversionistas.
El secretario de Hacienda, Arturo Herrera, ha insistido especialmente en la necesidad de promover la inversión.
Gabriela Cuevas, una diputada federal de Morena, dijo que su partido siempre ha dejado en claro que sacudiría el sistema, pero ahora necesita explicar cómo funcionarían las nuevas reglas para hacer negocios.
Hasta ahora ha seguido “más bien una estrategia de deconstrucción, en lugar de que sea una construcción de una propuesta diferente de política económica”, aseveró.
En Sonora, si bien hay respaldo amplio para Morena, muchos votantes también citan preocupaciones sobre la economía, junto con la violencia del crimen organizado y las muertes por la pandemia.
“Hace falta trabajo en México. Lo que tenemos que luchar es para los empleos, para que no tengamos que irnos migrando a Estados Unidos”, dijo Julián Fernández, un trabajador de 51 años de Hermosillo, la capital de Sonora, quien votó por López Obrador como presidente, pero ahora se inclina hacia el principal rival en la lucha para gobernador de Durazo.
Popularidad
López Obrador asumió el cargo en diciembre del 2018 con la promesa de reducir la delincuencia y aumentar el crecimiento económico. En cambio, los siguientes dos años registraron más homicidios que nunca, y la economía se venía contrayendo incluso antes del golpe de la pandemia.
El Producto Bruto Interno (PBI) se desplomó un 8.5% en el 2020, aunque ahora está recuperando terreno, impulsado por la demanda estadounidense. Sin embargo, las últimas cifras oficiales de inversión fija bruta todavía están por debajo de un 20% desde que López Obrador ganó las elecciones en julio del 2018.
Cabilderos corporativos, agencias calificadoras y algunos de los principales aliados diplomáticos de México han dicho que la incertidumbre derivada de su reorganización del panorama empresarial ha afectado las inversiones.
López Obrador ha mitigado la turbulencia económica con programas sociales y utiliza sus conferencias de prensa diarias para mantener a la oposición a la defensiva, ridiculizándola como títeres de plutócratas codiciosos.
“El pueblo se cansa de tanta pinche transa”, dijo Álvaro Urquijo, un partidario de Durazo en Hermosillo, usando una frase popularizada por el presidente.
Urquijo, un abogado de 42 años, argumentó que Morena necesita más tiempo para darle la vuelta a México. Pero enfatizó que no estaba casado con el partido, ya que había votado antes por los adversarios de López Obrador.
Durazo, el favorito para ganar en Sonora, promete aprovechar al máximo su relación con López Obrador. “Nunca el gobernador ha tenido el margen de maniobra que yo tendré”, dijo a Reuters.
Con la ayuda de la inversión privada, Durazo quiere convertir el principal puerto de Sonora, Guaymas, en un centro clave pare el comercio, convertir uno de sus aeropuertos en un hub regional, ampliar la red vial y erigir al estado como un baluarte del turismo.
También quiere capital externo para ayudar a impulsar la generación de energía solar en el caluroso y árido estado, aunque el presidente ha desincentivado la energía renovable en sus batallas con los proveedores privados de energía que ha comparado con los invasores coloniales.
No todo el mundo está seguro de que Durazo podrá salirse con la suya.
“Nadie le va a poder torcer el brazo al presidente”, afirmó Kurt Gerhard, presidente del organismo patronal mexicano Coparmex, en Hermosillo.
Pero muchos ejecutivos locales están apostando silenciosamente por Durazo, creyendo que obtendrá más de López Obrador que un gobernador de la oposición, dijo otro líder empresarial, hablando bajo condición de anonimato.
López Obrador, quien por ley solo puede cumplir un mandato, ha enmarcado la elección como un referéndum sobre sus programas sociales, argumentando que la oposición quiere capturar la cámara baja para cancelarlos y quedarse con el dinero. Y el mensaje resuena.
José Adán Armenta, un contador de 64 años de Hermosillo, explicó que sus siete hermanos apoyaban a Morena por temor a que de otra manera puedan “quitarles la pensión”.
Armenta no se unirá a ellos, expresando alarma por las medidas que ha tomado López Obrador para concentrar el poder presidencial y viéndolo como un lastre para la economía.
Dadas las preocupaciones, los candidatos de Morena no han tenido más remedio que intentar convencer a los empresarios locales, aseveró Jorge Buendía, director de la firma de encuestas Buendía & Márquez.
Pero López Obrador probablemente continuará con su estrategia de confrontación, argumentó.
“Su énfasis es la desigualdad”, dijo Buendía. “(Los candidatos a gobernador) están pensando más allá de este sexenio. Yo creo que López Obrador no piensa más allá de este sexenio”.