El objetivo de preservar a las abejas en México unió a una asociación, un taller donde trabajan exadictos y una cadena de restaurantes para realizar unas abejas de peluche y dar trabajo a esas personas que luchan por no volver a caer en la adicción.
"Fue un gran proyecto que nos dio trabajo y revivió el proyecto del taller que ya había cerrado", dice a Efe Gabriel Solís quien forma parte del taller textil la Colmena de Neza.
Solís cuenta que el taller, que se encuentra en uno de los municipios más marginados del Estado de México, se dedica a elaborar prendas, principalmente de mujer.
Un día, Gabriela Diez representante de la Fundación para la Salud y la Educación (FunSaEd) y quien formaba parte del grupo de autoayuda en el que se encuentran los integrantes del taller, llegó con la propuesta de realizar unas abejas de peluche para comercializarlas.
Diez buscó a una popular cadena de restaurantes con la idea de distribuir las abejas de peluche y que estos muñecos pudieran generar conciencia en la gente sobre la importancia de las abejas en la vida cotidiana.
"Nos pidieron 6.000 abejas en un lapso de mes y medio", comenta Gabriel Solís quien asegura que en un principio solo trabajaban ocho personas en el proyecto.
Además, el problema era que el taller recién se había reabierto, pues debido a problemas familiares, cerró algunos años y no había suficiente maquinaria para elaborarlas.
Sin embargo, con la ayuda de conocidos y entre 16 personas lograron elaborar el pedido.
La venta, explica Gustavo Pérez Berlanga, director del área de responsabilidad de Grupo Toks tuvo como finalidad recaudar fondos para FunSaEd y también ofrecer un producto 100 % mexicano en lugar de mandarlas a hacer a China.
"El taller hizo un gran trabajo", dice el directivo.
Gabriel Solís asegura que el proyecto les cambió la vida pues "cuando eres adicto no ves ciertas cosas de la vida y tras el proyecto no solo empleamos a la gente, ex adictos, jóvenes y señoras de la tercera edad, sino que hicimos conciencia de que podíamos hacer algo por el planeta"
Explica que esto resultó una gran terapia ocupacional pues "a veces como adictos creemos que ya no hay algo positivo, que estamos condenados a malvivir, pero en realidad podemos tener una vida útil".
Admite que muchas veces el adicto es estigmatizado pero la realidad es que muchos trabajan, son productivos, inteligentes "pero a veces nos topamos con el alcohol y eso nos da para abajo".
Ahora, tras el proyecto, Gabriel explica que vendrá más trabajo por hacer pues Grupo Toks buscará realizar una campaña, también con muñecos de peluche elaborados en el taller, para hacer conciencia sobre algunas especies en peligro de extinción.
Entre los peluches que próximamente se pondrán a la venta estarán el de especies como el lobo mexicano, la vaquita marina, el pavo y la tortuga.
"Queremos generar recursos para apoyar e impulsar la conservación de estas especies", asegura Pérez Berlanga.
En tanto, Gabriela Diez seguirá con su labor, luego de que ha logrado que en México se declare el 17 de agosto como Día Nacional de la Abeja buscando que se reconozca y valore la importancia ambiental, social y económica de este insecto.