Los sindicatos franceses tienen intención de seguir actuando para tratar de anular la reforma de las pensiones contra la que se han movilizado durante más de tres meses, pero ahora van a dar prioridad a las reivindicaciones salariales, que constituyen la principal preocupación de los trabajadores.
“Los salarios son un enorme problema en Francia”, subrayó la secretaria general de la Confederación General del Trabajo (CGT, segunda central en Francia), Sophie Binet, que se quejó este lunes de que ese tema no figure en la agenda de discusión que les está proponiendo el Gobierno en su intento por pasar página de la crisis de las pensiones.
Binet, que participaba en París en la tradicional manifestación del 1 de mayo en París, organizada excepcionalmente con todos los otros sindicales en continuidad de las protestas contra la reforma de las pensiones, denunció en declaraciones a la prensa que “por primera vez los salarios están bajando en euros constantes por la explosión de los precios”.
Sobre ese punto, su exigencia es que se restablezca el mecanismo de revalorización automática de los salarios con la inflación, como ya existía en Francia hasta 1983, y como existe en otros países vecinos como Bélgica y Luxemburgo.
“La única forma que tenemos de evitar los daños -subrayó- es indexar todos los salarios con los precios” porque lo que está ocurriendo es que cada vez hay más trabajadores que se quedan en el salario mínimo, recalcó.
El líder del primer sindicato francés, Laurent Berger, de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, insistió en que entre los temas que tiene intención de abordar en cuanto le convoque la primera ministra, Élisabeth Borne, es “la subida de los mínimos sectoriales”.
Berger explicó que como el salario mínimo sí que se revaloriza automáticamente en función de la inflación, pero no ocurre lo mismo con los salarios mínimos de cada sector de actividad, cada vez hay más trabajadores que se quedan estancados en ese salario mínimo durante años por falta de renegociaciones salariales en sus convenios.
“Por tanto -añadió-, uno de los temas que vamos a defender es condicionar las ayudas públicas a las empresas a que no haya mínimos sectoriales que estén por debajo del salario mínimo general”.
Tanto Binet como Berger afirmaron que no van a dejar de reclamar la anulación de la reforma de las pensiones que retrasa la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años, que ya está promulgada desde hace más de dos semanas, y mostraron su compromiso en mantener la unidad sindical en esa oposición.
Pero, más allá de indicar que mañana por la mañana van a reunirse para diseñar la estrategia, una y otro mostraron matices sobre la forma de plantearse las cosas a partir de ahora.
Porque este 1 de mayo, que es la décimo tercera jornada de movilización contra esa reforma desde mediados de enero y la CFDT considera que no tiene sentido organizar más puesto que eso no conseguirá que el Gobierno del presidente, Emmanuel Macron, renuncie a esa ley.
Berger indicó que “hay que decir claramente que la ley está promulgada. No hay que engañar a los trabajadores: No vamos a conseguir con una manifestación que el Gobierno dé marcha atrás. Pero no vamos a callarnos y vamos a mostrar nuestro descontento”.
En cualquier caso, avanzó que aceptarán la invitación de Borne para abrir discusiones sobre otros asuntos laborales pero con la condición de que se les tenga en cuenta y de que “se escuchen las reivindicaciones salariales”.
Fuente: EFE