El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) señaló que América Latina necesita urgentemente reformas fiscales para facilitar una recuperación sostenible, tras la crisis provocada por la pandemia del COVID-19, que dejará a la región “más pobre, más endeudada y con nuevas estructuras productivas”.
El economista jefe del BID, Eric Parrado, señaló que “saldremos de esta crisis más pobres, más endeudados y con economías que tendrán un formato muy diferente en términos de sus estructuras productivas”.
Parrado dio esta afirmación en un informe macroeconómico del organismo, dado a conocer en su asamblea de gobernadores, que se celebró de modo virtual desde Barranquilla (Colombia). El documento indica que de acuerdo al documento, América Latina y el Caribe crecerá 4.1% en el 2021, tras la caída de 7.4% del año pasado, el peor desplome anual del que se tenga registro desde 1821.
Aun así, el BID advirtió de que un escenario negativo basado en un crecimiento menor en Estados Unidos y Europa, con nuevos brotes del coronavirus o nuevas mutaciones, y con una vacunación más lenta, ralentizaría el crecimiento a solamente el 0.8% este año.
De cara al 2022, el reporte proyecta que la expansión se desacelere hasta un 2.5%.
Parrado subrayó que la región “tiene por delante un sendero estrecho, pero claramente definido para salir fortalecida de los ‘shocks’ sociales y pandémicos de los últimos años”.
“Los sistemas fiscales saludables pueden ayudarnos a liberar nuestro potencial -recalcó-, apalancando la reasignación de recursos en todos los sectores y así impulsar el crecimiento de la productividad, promover el empleo formal y lograr un futuro más verde”.
Entre las recomendaciones para este reimpulso económico analizadas estos días en la reunión de Barranquilla, el informe cita incrementar la productividad, fomentar el vínculo de las empresas con las cadenas globales de suministro para elevar su valor agregado y promover la economía digital y la creación de empleo de forma inclusiva.
Con más de 22.1 millones de infectados y 700,000 muertos desde que se detectó el primer caso en Brasil en febrero del año pasado, la crisis sanitaria está lejos de darse por superada en Latinoamérica.
Varios países afrontan una dura segunda ola de contagios, mientras que el ritmo de vacunación avanza a cuentagotas, a excepción de Chile, que es uno de los líderes mundiales en la campaña de inmunización.
Fiscalidad y pobreza
El informe del BID alerta, asimismo, del súbito empeoramiento de las cuentas públicas. Los déficit fiscales totales aumentaron un promedio de 5.3% del PBI, de 3% en el 2019 a 8.3% en el 2020; y se estima que la deuda pública ascendió de 58% del PBI en el 2019 a 72% en el 2020.
“Dados estos desafíos fiscales y los altos niveles de endeudamiento, la mejora de las instituciones fiscales debería ser un tema de alta prioridad”, opinó uno de los coordinadores del documento, Andrew Powell, asesor principal del BID, puesto que “un mayor grado de credibilidad permitiría un ajuste más gradual con tasas de interés más bajas para asegurar la sostenibilidad de la deuda”.
Aunque los Gobiernos de América Latina lanzaron paquetes de apoyo fiscal con una media de 8.5% del PBI regional, el porcentaje es menos de la mitad del respaldo desplegado por las economías avanzadas, con un promedio de 19%.
Algunos de los ámbitos más golpeados por la crisis es el del empleo y la pobreza, afectados tanto por los impactos externos como los internos: en 12 países de la región se perdieron unos 26 millones de puestos de trabajo entre febrero y octubre del 2020, cifra que se redujo hasta 15 millones a febrero del 2021.
Por otro lado, las proyecciones del BID indican que la extrema pobreza aumentará de 12.1% a 14.6% de la población total de más de 650 millones de América Latina.