La crisis sanitaria del COVID-19 afianzó los bajos niveles de apoyo a la democracia y el desencanto con los Gobiernos que ya mostraban la mayor parte de los ciudadanos de América Latina antes de la pandemia, según la encuesta Latinobarómetro difundida este jueves.
“La situación ya era muy grave antes de la pandemia, pero los resultados se han consolidado”, advirtió desde Santiago de Chile Marta Lagos, la directora y fundadora de Latinobarómetro, un estudio sobre el clima político y la democracia dentro de la región.
De acuerdo al sondeo, realizado en 18 países, el apoyo a los regímenes democráticos alcanzó un máximo en el 2010, de 63%, tras lo cual inició una década de descenso generalizado hasta llegar a un 49% de aprobación en el año 2020, un punto porcentual más que el año anterior.
Los países con mayores niveles de apoyo a la democracia son Uruguay (74%), Costa Rica (67%) y Chile (60%), mientras que los que menos la secundan son Panamá (35%), Ecuador (33%) y Honduras (30%).
Sin embargo, el 70% de los latinoamericanos aseguró estar insatisfecho con sus Gobiernos, una marca muy por encima de la del 2017 (58%), mientras que el 25% afirmó estar complacido.
Entre los principales puntos débiles se destacan la percepción de que se gobierna para una minoría, la desigual distribución de la riqueza y las diferencias en el acceso a la Justicia, la Educación y la Salud, apuntó el informe.
En paralelo, en el 2020, el apoyo al autoritarismo se redujo de 15% a 13%, lo que da cuenta de “una muy lenta caída del respaldo a este tipo de regímenes”, agregó Lagos, siendo Paraguay, México y Ecuador los países que más respaldan esta idea.
“Para que aumente el apoyo a la democracia hace falta un cambio en las reglas”, añadió por su parte Marcela Meléndez, economista jefe del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para América Latina.
“Es esencial que desde las calles se demande una regulación al funcionamiento de los lobbies y al financiamiento de las campañas que ahora impiden transitar a sociedades equitativas”, expresó.
“La década de las protestas”
Para Lagos, la década entrante será la “década de las protestas”, en la que los ciudadanos de muchos países de la región “van a reivindicar las vulnerabilidades de la democracia y a reclamar más derechos cívicos y sociales”.
“La pandemia fue un paréntesis que de hecho agudizó más los problemas y desigualdades. Las demandas siguen ahí y cuando volvamos a la normalidad las manifestaciones se reanudarán”, esgrimió.
Según el informe, alrededor de un 60% de la población está dispuesta a marchar por una mejor educación, salud y otros servicios básicos.
En paralelo, alertó, la región enfrentará la “amenaza” de los Gobiernos populistas, pero no la de los golpes de Estado o regímenes militares, que según la encuesta han ido paulatinamente perdiendo adhesión hasta tener ahora un apoyo minoritario.
Brasil es uno de los principales países con riesgo de tener un Gobierno populista, afirmó Lagos, mientras que Ecuador y Colombia son los más susceptibles a tener protestas, así como Honduras, Guatemala y Paraguay.
En tanto, agregó, Chile tiene el reto de canalizar las demandas a través del proceso de reforma constitucional que atraviesa, que se presentó como la vía política para amainar la crisis social que comenzó en el 2019.
América Latina es una de las regiones más desiguales del mundo y, con más de 45 millones de infectados y casi 1.5 millones de fallecidos por el COVID-19, una de las más afectadas en términos sanitarios y económicos por la pandemia.
Para el sondeo de Latinobarómetro se encuestaron a más de 20,200 personas de más de 18 años en 18 países en América Latina y el Caribe, una muestra representativa de los más de 600 millones de habitantes.
Esta medición se realizó entre el 26 de octubre y 15 de diciembre del 2020 en 17 países de forma presencial y entre el 26 de abril y 16 de mayo del 2021 en Argentina, de forma remota por las restricciones del COVID-19, y sus resultados tienen un margen de error de 3%.