Desde su aprobación en diciembre del 2020 y hasta diciembre del 2021, las vacunas contra el COVID -19 evitaron la muerte de 19.8 millones personas de los 31.4 millones de muertes potenciales, según el primer estudio que ha cuantificado su impacto a escala mundial.
La mayor parte de esas muertes (12.2 millones de los 19.8) se evitaron en los países de renta alta y media-alta, una contundente prueba de las desigualdades existentes en el acceso a las vacunas en todo el mundo.
De hecho, el estudio apunta que se podrían haber evitado otras 599,300 muertes si se hubiera cumplido el objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de vacunar al 40% de la población de cada país para final del 2021.
Basado en datos de 185 países, el estudio evalúa las muertes evitadas directa e indirectamente por las vacunas contra el COVID-19. Los resultados se publican en la revista The Lancet Infectious Diseases.
Liderado por investigadores del Imperial College de Londres, el estudio ha sido financiada por las organizaciones Schmidt Futures y Rhodes Trust, la Organización Mundial de la Salud, el Medical Research Council del Reino Unido, la Fundación Bill and Melinda Gates, y el Community Jameel, entre otros.
El trabajo concluye que las vacunas redujeron en más de la mitad el número potencial de muertes durante la pandemia en el primer año (el 63%).
De los casi 20 millones de muertes que se han evitado, casi 7.5 millones eran en los países a los que llegó la iniciativa COVAX, una alianza suscrita por 190 países para garantizar el acceso equitativo de estos medicamentos.
Para Oliver Watson, autor principal del estudio e investigador del Imperial College, estos resultados demuestran que las vacunas “han salvado millones de vidas. Pero se podría haber hecho más”.
“Si se hubieran alcanzado los objetivos fijados por la OMS, calculamos que se podría haber evitado aproximadamente una de cada cinco de las vidas que se calculan que se han perdido a causa del COVID en los países de bajos ingresos”.
Hasta ahora, varios estudios han tratado de estimar el impacto de la vacunación en la pandemia, pero este es el primero que se hace a nivel mundial.
Los investigadores usaron datos de muertes por COVID notificadas entre el 8 de diciembre del 2020 y el 8 de diciembre del 2021 y tuvieron en cuenta la subnotificación de las muertes en los países con sistemas de vigilancia más débiles (China no se incluyó debido a su gran población y a sus estrictas medidas de bloqueo, que habrían sesgado los resultados).
El equipo descubrió que en ese periodo, la vacunación evitó aproximadamente 19.8 millones de muertes de las 31.4 millones de muertes potenciales que se habrían producido.
Además, apunta que 4.3 millones de muertes se evitaron gracias a la protección indirecta de las vacunas que ayudaron a reducir la transmisión del virus y redujeron la carga en los sistemas sanitarios.
En general, el número estimado de muertes evitadas por persona fue mayor en los países de ingresos altos, lo que refleja el despliegue más temprano y más amplio de las campañas de vacunación en estas áreas..
Los 83 países incluidos en el análisis y que recurrieron a la ayuda de Covax, evitaron 7.4 millones de muertes de un potencial de 17.9 millones (41%).
Pero, se calcula que el incumplimiento del objetivo de Covax de vacunar al 20% de la población de cada país ha provocado 156,900 muertes adicionales (132,700 de ellas solo en África).
Del mismo modo, se estima que el incumplimiento del objetivo de la OMS de vacunar plenamente al 40% de la población de cada país para finales del 2021 ha contribuido a que se produzcan otras 599,300 muertes en todo el mundo que podrían haberse evitado.
Para Azra Ghani, del Imperial College de Londres, este estudio pone de manifiesto la necesidad de garantizar un acceso justo a las vacunas que vaya “más allá de la simple donación”.
Y en un comentario publicado en la misma revista, Alison Galvani, de la Universidad de Yale (EE.UU.) subraya que “la salvación de más de 19 millones de vidas ha sido posible gracias a la rapidez sin precedentes en el desarrollo y despliegue de las vacunas” que ha sido “una hazaña sanitaria mundial extraordinaria”.
Sin embargo, apunta, “se podrían salvar millones de vidas más con una distribución más equitativa de las vacunas”.