Las importaciones de energía fósil procedentes de Rusia son “esenciales” para la “vida diaria de los ciudadanos” en Europa y el suministro del continente no puede garantizarse de otra manera en este momento, afirmó el canciller alemán, Olaf Scholz.
En un momento en que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) estudian sanciones sobre la energía rusa en respuesta a su invasión de Ucrania, “el suministro de energía en Europa para la producción de calor, movilidad, electricidad e industria no puede garantizarse de otra manera en este momento”, dijo el responsable, en una declaración escrita.
El miedo a un embargo occidental sobre el petróleo ruso hizo que los precios del crudo se dispararan de nuevo el lunes.
“Deliberadamente” Europa decidió dejar fuera de las sanciones las entregas de energía de Rusia porque la medida desestabilizaría a los mercados y tendría un fuerte impacto sobre las economías europeas.
Alemania forma parte de los países de la UE especialmente dependientes de las importaciones de gas, petróleo y carbón rusos y el gobierno trabaja “con sus socios de la UE y no solo de la UE para encontrar alternativas a la energía rusa. Pero esto no puede lograrse de un día para otro”, agregó Scholz.
La UE importa de Rusia un 40% del gas que consume y algunos países no son favorables a prescindir de él, aunque el fin sea privar a Rusia de sus ingresos esenciales.
Varios ministros del gobierno alemán se pronunciaron contra estas medidas contra el gas ruso. “Hay que poder mantener las sanciones en el tiempo”, explicó la ministra alemana de Relaciones Exteriores, Annalena Baerbock, a la cadena ARD.
“No sirve de nada si en tres semanas descubrimos que solo tenemos electricidad para algunos días en Alemania y hay que replantearse estas sanciones”, dijo.
Según un sondeo publicado este lunes por el diario Handelsblatt, la mayoría de alemanes apoya esta sanción drástica, ya que un 54% de los encuestados se dicen favorables.