La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, advirtió que la invasión rusa a Ucrania, crea una considerable incertidumbre en la economía europea, aunque aseguró se está haciendo todo lo posible para hacer frente a esta crisis.
Lagarde se encuentra en Chipre en una breve visita para analizar con el presidente chipriota, Nikos Anastasiadis, y con el gobernador del banco central de la isla, Konstantinos Irodotu el impacto económico de la guerra en Ucrania sobre Europa y la eurozona.
“Hablamos de las consecuencias económicas...Todos estamos conmocionados y aterrorizados por las imágenes de la guerra y todo el mundo está haciendo todo lo posible para hacer frente a la situación”, dijo tras su reunión con Anastasiadis.
Señaló que el esfuerzo se centra en garantizar la estabilidad de los precios, la estabilidad financiera.
Mientras, en un discurso en el banco central, dijo que “el impacto económico de la guerra se refleja mejor en lo que los economistas denominan ‘choque de oferta’, que es un choque que simultáneamente hace subir la inflación y reduce el crecimiento”.
Según Lagarde, los precios de la energía seguirían subiendo durante más tiempo, ya que el precio del gas ha subido un 52% desde principios de año y el del petróleo un 64%. Y es probable que aumente la presión sobre la inflación de los alimentos.
“Rusia y Ucrania representan casi el 30% de las exportaciones mundiales de trigo, mientras que Bielorrusia y Rusia producen alrededor de un tercio de la potasa mundial, un ingrediente clave en la producción de fertilizantes, lo que agrava la escasez de suministro” apuntó.
Asimismo, recordó que Rusia es el primer exportador mundial de paladio, clave para la producción de convertidores catalíticos. Mientras, Ucrania suministra alrededor del 70% del gas neón del mundo, fundamental para la fabricación de semiconductores.
“Como la zona del euro es un importador neto de energía, el aumento de los precios de la energía supone una pérdida de poder adquisitivo para los consumidores”, manifestó.
Según la presidenta del BCE todo esto tiene consecuencias económicas en todos los países y, evidentemente, aquellos que han desarrollado un amplio sector de servicios se ven más afectados.
Entre ellos se encuentra Chipre, por sus lazos económicos con Rusia en todos los sectores de su economía, incluido el turismo, que según estimaciones perderá alrededor del 25% de los visitantes procedentes de Rusia y Ucrania.
Lagarde expresó el deseo de que las sanciones europeas contra Rusia sean respetadas y aplicadas con absoluta integridad y rigor.
Chipre es unos de los países que en en el pasado ofreció la ciudadanía a millonarios de terceros países a cambio de inversiones, incluidos oligarcas rusos. Tras conocerse que entre las personas que obtuvieron el llamado pasaporte dorado estaban también extranjeros con antecedentes penales, el Gobierno de Nicosia suspendió este programa en el 2020.
El pasado lunes la Comisión Europea (CE) invitó a los países de la UE a estudiar la retirada de cualquier programa de ciudadanía o residencia a cambio de inversiones que pueda haber beneficiado a ciudadanos rusos o bielorrusos que apoyen la guerra en Ucrania.