La Unión Europea debería profundizar en las sanciones a Rusia para centrarse en su lucrativo sector energético, afirmaron el lunes los ministros de Asuntos Exteriores de Lituania e Irlanda, en el inicio de una oleada diplomática sobre cómo castigar a Moscú por su invasión de Ucrania.
La Unión Europea (UE) y sus aliados ya han impuesto un abanico de medidas contra Rusia, incluida la congelación de los activos de su banco central.
El asedio y bombardeo del puerto de Mariúpol por parte de Rusia, que el jefe de la política exterior de la UE, Josep Borrell, calificó de “crimen de guerra masivo”, está aumentando la presión para que se tomen medidas.
Pero atacar el petróleo ruso, como han hecho Estados Unidos y Reino Unido, es una opción que divide a los 27 miembros de la UE, que depende de Rusia para el 40% de su gas. Algunos argumentaron el lunes que la UE ya no puede evitar esa medida.
Diplomáticos advirtieron, sin embargo, que la energía es el sector más complejo de sancionar porque cada país de la UE tiene sus propias líneas rojas. “Las sanciones son exponenciales”, dijo un diplomático. “Cuanto más se avanza, más difícil es adoptarlas”.
Ilustrando la complejidad, el primer ministro neerlandés, Mark Rutte, dijo que la UE seguía dependiendo del petróleo y el gas rusos y que no podía cortarse a sí misma mañana.
Las sanciones sobre el carbón son una línea roja para países como Alemania, Polonia y Dinamarca, dijeron los diplomáticos. Para otros, como Países Bajos, el petróleo es intocable.
Diplomáticos también han dicho que un ataque ruso con armas químicas en Ucrania o un fuerte bombardeo de la capital, Kiev, podría desencadenar un embargo energético.