La Unión Europea (UE) ha amenazado con adoptar “medidas” por el caso del envenenamiento del opositor ruso Alexéi Navalni, pero los estados miembros tendrán que conducir una delicada negociación para poder coincidir en alguna medida concreta.
En nombre de los 27 miembros de la UE, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, instó el jueves a Rusia a “realizar una investigación en profundidad con total transparencia”.
También apuntó que Bruselas “se reserva el derecho de tomar las medidas adecuadas, incluidas medidas restrictivas”.
“Esta fórmula designa sanciones contra personas” a las que se les impediría entrar en territorio europeo y podrían ver bloqueados sus activos en la UE, explicó un diplomático de la UE.
El precedente más evidente ocurrió a principios del 2019, cuando Bruselas adoptó sanciones contra el jefe de la inteligencia militar rusa (GRU), su adjunto y dos agentes considerados responsables por envenenamiento del ex agente doble Sergéi Skripal, en marzo del 2018, en Salisbury (Reino Unido).
En el caso de Skripal -quien fue objeto de un ataque junto con su hija- fue utilizado el agente tóxico Novichok.
Sin embargo, Navalni habría sido objeto de un ataque con el mismo agente neurotóxico cuando se encontraba en Rusia, y no en territorio de algún país de la UE o la OTAN.
El secretario general de alianza militar, Jens Stoltenberg, dijo que “la utilización de arma química constituye una violación flagrante del derecho internacional”, pero evitó especular sobre la posibilidad de sanciones.
Sin el elemento decisivo
Otra diferencia central es que en el caso de Skripal “había pruebas claras de que agentes de GRU estaban en el Reino Unido”, dijo Steven Blockmans, del Centro de Estudios de Política Europea de Bruselas (CEPS).
“En el caso de Navalni no tenemos pruebas de la participación de agentes (rusos) de inteligencia. Falta el elemento decisivo”, comentó.
Por ello, “es mejor esperar a tener (responsables) apuntados claramente. Hacen falta elementos de prueba” por el riesgo de que las sanciones sean cuestionadas ante el Tribunal de Justicia de la UE, dijo Jean-Claude Piris, ex director general de Servicios Jurídicos del Consejo Europeo.
El uso de Novichok -un diseño de la época soviética y de acceso limitado- no es suficiente, y el hecho de que el envenenamiento haya ocurrido en Rusia complica aún más la obtención de pruebas.
“El juego está otra vez en terreno de Rusia, a la que se le dijo, ‘muéstranos una investigación independiente, o de lo contrario tu inacción constituirá una admisión de culpabilidad’”, dijo Olivier Dorgans, abogado de la firma Hughes Hubbard & Reed, un experto en sanciones económicas.
Alemania puso el domingo un ultimátum para recibir explicaciones “en los próximos días”.
Unanimidad necesaria
Lo que resta es la posibilidad de sanciones económicas generales.
Después del derribo del avión de pasajeros MH17 en el conflicto en Ucrania en el 2014, la UE impuso toda una serie de sanciones de este tipo contra Rusia, dirigidas contra los bancos estatales, la importación y exportación de equipos militares y la industria del petróleo y el gas.
En su declaración sobre Navalni, la UE “no había mencionado explícitamente las sanciones económicas, pero tampoco las había excluido explícitamente”, dijo el diplomático europeo consultado por AFP.
El bloque se reserva el derecho de tomar “medidas apropiadas” para presionar a Rusia, sugiriendo que podrían ser también sanciones económicas.
En teoría, la UE podría imponer tales sanciones si Rusia se niega a iniciar investigaciones en el caso Navalni, dijo Blockmans.
Sin embargo, duda de que se impongan sanciones de este tipo, que, como todas las sanciones de la UE, deberían ser decididas por unanimidad por los Estados miembros.
Los debates sobre la renovación regular de las sanciones a Ucrania ya han demostrado que no es fácil para la UE permanecer unida contra Rusia, señaló Blockmans.
Presión sobre gasoducto
En cuanto a Navalni, asume “que no habrá apoyo político a las sanciones económicas de países como Italia o Hungría, que tienen vínculos económicos y políticos más estrechos con Rusia”.
Chipre, añadió, difícilmente aprobará las sanciones.
Mientras tanto, el caso Navalni reaviva el debate sobre el gasoducto Nord Stream 2, entre Rusia y Alemania.
Esta iniciativa ha sido objeto de críticas en la UE durante años porque permite que Rusia ya no envíe gas a través de Ucrania y varios estados miembros de Europa del Este.
Esto significa que esos países perderán considerables tarifas de tránsito.
Polonia volvió a llamar el jueves para detener ese proyecto. Para Blockmans, esas declaraciones como “sueños imposibles”: “No creo que Alemania llegue tan lejos”, dijo.
El lunes, sin embargo, un portavoz de la canciller alemana Angela Merkel abrió las puertas precisamente a esa posibilidad, al asegurar que ella no excluye que haya consecuencias sobre el proyecto de gasoducto si Rusia no ofrece las respuestas esperadas.