La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, afirmó que considera “factible” que la Unión Europea (UE) prescinda para final de año de dos tercios de las importaciones de gas natural ruso.
“Es algo factible. No es una prohibición (del gas ruso), sino una reducción”, puntualizó Von der Leyen al término de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de Versalles (Francia), dando a entender que no hay intención de cerrar los grifos inmediatamente como sanción a Rusia.
Para conseguir ese objetivo de disminución de la dependencia de Rusia, los Veintisiete acordaron toda una serie de medidas, que van de la diversificación de los países proveedores de gas a la aceleración en el despliegue de energías renovables.
El presidente francés, Emmanuel Macron, que participó en la conferencia de prensa junto a Von der Leyen y al presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, no quiso dejar cerrada de forma definitiva la puerta a un parón total de las compras de gas y de petróleo rusos en un futuro tren de sanciones.
Preguntado sobre esa posibilidad, Macron dijo que si “Rusia intensifica los bombardeos, asedia Kiev e intensifica las escenas de guerra, sabemos que tendremos que intensificar las sanciones. Y en ese marco, no nos prohibimos nada. Nada es tabú”.
Más allá de esa eventualidad, por el momento hipotética, la voluntad clara de la UE, manifestada por Von der Leyen, es que “a medio plazo tenemos que desembarazarnos de la dependencia del gas y del petróleo rusos”.
Moscú recibe unos US$ 800 millones diarios por el petróleo y el gas importados por los países miembros de la Unión, y ese dinero es en este momento su principal fuente de divisas para, entre otras cosas, financiar la guerra en Ucrania.
Los líderes de los Veintisiete han encargado a la CE que de aquí a mediados de mayo detalle sus propuestas para que esa independencia de los hidrocarburos rusos sea una realidad de aquí al 2027.
Su presidenta avanzó que ya han empezado las conversaciones con otros países que pueden suplir los flujos de Rusia. Se trata en particular de Estados Unidos, Argelia, Catar y Azerbaiyán.
Otro de los mecanismos es invertir “masivamente” en energías renovables para acelerar su despliegue, para lo cual está previsto simplificar los procedimientos administrativos para la instalación de parques eólicos o fotovoltaicos.
Los jefes de Estado y de Gobierno también han encargado al Ejecutivo europeo que de aquí a mediados de mayo presente alternativas para reformar el mercado de la electricidad, que es desde hace meses una exigencia de unos cuantos países, en particular España y Francia, que piden un desacoplamiento de los precios de la electricidad de los del gas.
Como esa reforma, en caso de que haya acuerdo de los Estados miembros, todavía tardará, a más corto plazo se van a estudiar medidas de urgencia.
En concreto, la idea es poner en marcha “un marco temporal” que permita dar ayudas selectivas para las empresas muy sensibles a los costos de la energía y que están sometidas a la competencia internacional, pero también a los consumidores.