La pandemia del COVID-19 ha dejado ya más de seis millones de fallecidos en todo el mundo cuando se entra en el tercer año de esta crisis sanitaria, según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins en Estados Unidos.
Este trágico hito coincide con el levantamiento de las restricciones en numerosos países de Europa Occidental y el continente americano respecto al uso de mascarillas y limitaciones de viajes internacionales, después de la irrupción de la variante ómicron a finales del 2021; mientras que en otras zonas, como Asia y el Pacífico, se siguen registrando un alto número de casos.
En total, se han confirmado más de 450 millones de contagios en todo el mundo de este nuevo coronavirus.
Por países, Estados Unidos sigue siendo el país más afectado, con casi más de 950,000 fallecidos; seguido por Brasil, con más de 650,000 decesos; e India con más de 500,000.
Aunque las vacunas se han mostrado efectivas contra los casos más graves, aún persisten importantes disparidades globales.
En los países de bajos ingresos apenas el 7 % de la población está completamente vacunada, mientras que en el caso de los de altos ingresos el porcentaje es superior al 70% de la población, según los datos compilados por el portal Our World in Data.
El 31 de diciembre del 2019, las autoridades chinas informaban a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de la aparición de casos de una enfermedad neumónica entonces desconocida en la ciudad de Wuhan, y la organización con sede en Ginebra informaba de ello a sus miembros en los primeros días de enero.
Un mes después, el 30 de enero del 2020, el organismo declaraba una emergencia internacional por el coronavirus, al empezar a declararse casos en otros países del planeta, aunque no consideraría la crisis sanitaria una pandemia propiamente dicha hasta el 11 de marzo.