En Ucrania existen “patrones claros de violaciones del derecho internacional humanitario (DIH) por parte de las fuerzas rusas en su conducción de las hostilidades”, denuncia un informe de la OSCE elaborado por expertos independientes.
Si al invadir a Ucrania Rusia hubiera respetado el DIH “en términos de distinción, proporcionalidad y precauciones”, “el número de civiles muertos o heridos habría sido mucho menor”, es una de las conclusiones a las que llega el informe firmado por Wolfgang Benedek, Veronika Bilková y Marco Sassóli.
Primer informe internacional
El documento recopila ataques a infraestructura civil como hospitales, ejecuciones extrajudiciales, casos de violencia sexual y posibles deportaciones de civiles ucranianos, entre otros asuntos.
Se trata del primer informe de expertos independientes de un organismo internacional que identifica indicios de posibles crímenes de guerra en Ucrania.
De momento, se trata de los resultados de una investigación preliminar, encargada el pasado 3 de marzo por 45 de los 57 Estados miembros de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), con el apoyo de Kiev y la oposición de Moscú.
La investigación -presentada en la víspera (miércoles) en una reunión de la OSCE- cubre los hechos del 24 de febrero al 1 de abril, por lo que no incluye las atrocidades descubiertas en Bucha y otras localidades cerca de Kiev, que se han atribuido a las tropas rusas.
Rusia se niega a participar
Rusia fue invitada a cooperar con la misión de expertos, pero se negó a aportar cualquier información o ayuda.
Los 45 socios de la OSCE -entre ellos Estados Unidos y todos los de la Unión Europea (UE)- encargaron el estudio invocando el llamado “Mecanismo de Moscú”, con el objetivo de que los posibles responsables sean llevados en el futuro ante la Justicia.
El documento de 108 páginas señala que “asesinatos selectivos, desapariciones forzadas y secuestros de civiles, incluidos periodistas” son “patrones” de violaciones de derechos humanos que se han documentado de forma recurrente en áreas bajo control ruso.
Si se demuestra que estos ataques contra la población civil hubieran sido cometidos de forma premeditada y sistemática, “constituirían entonces un crimen contra la humanidad”.
El informe también señala que la guerra comenzó con un “ataque ilegal” de Rusia.
Los expertos indican que el informe es “preliminar” dado el corto periodo de estudio en un conflicto armado que sigue activo. El documento recoge algunos ejemplos concretos de violaciones del derecho internacional humanitario.
Bombardeo de áreas pobladas
El informe considera “indiscutible” el uso contra áreas densamente pobladas de bombas de racimo -un arma que libera un gran número de pequeños explosivos-, así como de proyectiles de gran potencia, misiles no guiados, artillería y sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple. También señala el supuesto uso de armas prohibidas por la Convención de Ginebra, como bombas termobáricas y fósforo blanco.
El empleo de armas pesadas contra zonas civiles sería un indicio de que Rusia no ha tomado medidas de precaución para evitar muertes innecesarias, violando las reglas de proporcionalidad en el uso de la fuerza, lo que podría ser un crimen de guerra.
Ataques a la maternidad y el teatro de Mariúpol
El ataque al hospital de esa ciudad portuaria ucraniana, el pasado 9 de marzo, es “una clara violación del derecho internacional humanitario y los responsables han cometido un crimen de guerra”, señala el informe.
Los expertos concluyen que el hospital fue destruido por un ataque ruso que consideran “deliberado” y en el que, además, no se dio ninguna advertencia previa.
El ataque del 16 de marzo contra el teatro de Mariúpol causó la muerte de unas 300 personas, según las autoridades ucranianas. “Es muy probable que este incidente constituya una violación atroz del derecho internacional humanitario y quienes lo ordenaron o ejecutaron cometieron un crimen de guerra”, según el informe.
Los autores apuntan a un ataque aéreo ruso y señalan que no tienen ninguna prueba que sustente que haya sido una unidad militar ucraniana, como afirma el Kremlin.
Asesinatos extrajudiciales
El informe recoge una serie de casos de asesinatos de civiles por parte de las fuerzas rusas que revelan características de ejecuciones extrajudiciales.
Entre los ejemplos concretos se menciona al alcalde de Hostomel, Yuriy Prylypko, y dos voluntarios, “asesinados a tiros por soldados rusos mientras entregaban alimentos y medicinas”. El cuerpo de Prylypko fue además utilizado como una bomba trampa.
Otro caso citado es el de Oleksander Kónonov, un activista discapacitado de la región de Luhansk que fue asesinado a tiros por soldados rusos el 13 de marzo en su casa.
Violencia sexual
Los autores recogen casos de violencia sexual cometidos por tropas rusas, haciendo referencia, por ejemplo, a un caso en la localidad de Bovary, cerca de Kiev, donde, supuestamente, un soldado ruso borracho entró en una casa, mató a un hombre y violó a una mujer frente al hijo de corta edad de ambos. También se han registrado casos de violaciones en grupo cometidas por soldados rusos.
Escudos humanos
El informe señala además que existen “acusaciones creíbles de que las tropas rusas utilizaron a civiles individuales o a grupos de ellos en sus ataques para protegerse de las fuerzas ucranianas”.
Deportaciones
El documento incluye alegaciones de deportaciones forzosas de civiles ucranianos a Rusia, unas 500,000 personas según la parte ucraniana. En caso de ser movimientos de población forzados suponen un crimen de guerra y una violación del derecho humanitario.
Violencia contra periodistas
Se recogen varios casos, uno de ellos es el de un colaborador ucraniano de Radio France que permaneció nueve días cautivo en un sótano detenido por soldados rusos. Fue “golpeado repetidamente con una barra de hierro y con culatas de fusil, torturado con descargas eléctricas, privado de alimentos durante 48 horas y sometido a un simulacro de ejecución”.
Uso de falsos identificativos
Los expertos indican que las fuerzas rusas utilizaron el emblema de la Cruz Roja, banderas blancas, banderas ucranianas, ropa civil e incluso símbolos de la OSCE para facilitar sus operaciones militares.
Críticas a Ucrania
El informe también muestra crítica a Ucrania por casos de maltratos a prisioneros de guerra rusos, aunque señala que las autoridades de Kiev se han comprometido a investigar los casos y a que los responsables paguen por ello.