Desde el comienzo de la pandemia, sabemos que muchas minorías raciales y étnicas vivían en comunidades con un acceso inadecuado a los puntos de prueba, y a menudo en hogares multigeneracionales con menos espacio para respetar el distanciamiento físico.
Ahora, un nuevo estudio del Gobierno de Estados Unidos publicado en la revista “Annals of Internal Medicine” cuantifica los resultados mortales de dichas desigualdades.
Los negros, latinos e indígenas representaron un número desproporcionado del medio millón de muertes de más en Estados Unidos el año pasado, según el estudio, que examina los fallecimientos relacionados directa e indirectamente con el COVID-19.
Los investigadores compararon la cantidad de personas que murieron entre marzo y diciembre del 2020 con la cantidad de muertes que se había proyectado que ocurrirían según los datos prepandémicos.
Hubo un exceso de 477,200 muertes, con más del doble entre negros, latinos, indios americanos y nativos de Alaska, en comparación con blancos y asiáticos de edad similar. Aproximadamente el 74% del exceso de muertes estuvo relacionado con el COVID-19.
“Las poblaciones negras, latinas e indígenas han vivido históricamente en comunidades de bajos ingresos con menor acceso a la atención y la educación que las comunidades blancas más ricas”, dice Harrison Lobdell, médico de urgencias en Austin, Texas, y cofundador de la alianza Wellness and Equity Alliance, que no participó en el estudio.
“Cuando llega un segundo golpe, como el COVID-19, los efectos de estas inequidades en la salud se magnifican y el resultado es el exceso de muertes entre estas poblaciones”.
Lo interesante es que los investigadores encontraron una discrepancia aún mayor en el exceso de muertes por afecciones no relacionadas con el COVID-19, pero esas disparidades históricamente han recibido poca atención en los medios de comunicación o en la sociedad en general.
El exceso de muertes de hombres y mujeres negros, latinos, indios americanos y nativos de Alaska fue de dos a cuatro veces mayor para las afecciones relacionadas con el COVID, en comparación con los blancos, según el mismo estudio.
“Cuando termine la pandemia, seguiremos teniendo disparidades en la salud”, dice Steven Cohen, epidemiólogo social de la Universidad de Rhode Island. “Aún tendremos que abordar estos problemas basándonos en todas esas otras causas de muerte no relacionadas con el COVID. Estos son síntomas de un problema sistemático mucho mayor”.