Semanas después de que iniciara la pandemia, Soren Brostrom ganó prominencia internacional por discutir un tema que pocos funcionarios de salud se atrevieron a abordar: el sexo casual y el COVID.
Brostrom, que dirige la Autoridad Sanitaria Danesa, no tuvo reparos en decirle a los medios que los solteros no necesitan ser célibes y describió los riesgos sin desalentar la intimidad, lo que dijo que era natural.
El franco pragmatismo del exginecólogo ha ayudado a su agencia a mantener un nivel envidiable de apoyo público incluso al momento de tomar decisiones difíciles, como romper con otras naciones al detener la administración de la vacuna contra el COVID de AstraZeneca Plc en marzo.
Dinamarca disfruta ahora los frutos de esa confianza desarrollada, por ejemplo, la cobertura de vacunación más alta de la Unión Europea después de Malta, lo que le ha permitido reducir progresivamente las restricciones COVID, al tiempo que mantiene una baja carga de morbilidad.
Brostrom continúa adoptando una comunicación clara y directa mientras se prepara para un posible aumento invernal de casos. Con la intención de mejorar el nivel de vacunación en la comunidad islámica de Copenhague, por ejemplo, llevó su mensaje a tres mezquitas.
“Inmediatamente después de la oración del viernes en la mezquita más grande de Dinamarca, el imán, el líder de oración, me dio el micrófono y tuve la oportunidad de dirigirme a la gente”, dijo Brostrom por Zoom. “Eso nunca antes había sucedido en nuestro país”.
En el último mes, la nación de 5.8 millones de personas ha promediado menos de 900 nuevos casos al día, mientras que se registraron poco más de 200 muertes en los últimos seis meses. Desde finales de abril, Dinamarca ha abierto gradualmente restaurantes y estadios deportivos. El mandato de cubrebocas se levantó en junio.
A partir de este viernes, los daneses ya no tienen que presentar sus llamados pasaportes corona en eventos públicos, la última de sus restricciones pandémicas.
‘Transparencia radical’
El enfoque de Dinamarca es una señal positiva para muchos países que buscan aumentar sus cifras de vacunación con la esperanza de devolver la vida a la normalidad a pesar de la aparición de la variante delta más contagiosa. La cepa también es dominante en Dinamarca.
“Dinamarca es un gran modelo a seguir”, dijo Catherine Bennett, catedrática de epidemiología en la Universidad Deakin de Melbourne. “Han reducido los casos de manera notablemente constante, incluso al tiempo que comienzan a relajar los controles”.
La respuesta pandémica de la nación nórdica tuvo un “comienzo difícil”, según Kristian Andersen, profesor de inmunología y microbiología en el Instituto de Investigación Scripps en California. El expatriado danés criticó públicamente el enfoque inicial del país cuando este rechazó “cierres, pruebas generalizadas, mascarillas y esfuerzos generales de mitigación”, adoptando una estrategia de “inmunidad colectiva” similar a la de Suecia.
Dinamarca cambió de rumbo cuando el Gobierno anuló a sus propias autoridades de salud pública.
El pragmatismo de Brostrom fue noticia por primera vez en abril del 2020, cuando fue interrogado en una conferencia de prensa sobre si las personas solteras podían tener relaciones sexuales a pesar de la pandemia.
“Mi respuesta fue: por supuesto que pueden. Somos seres sexuales. El sexo es saludable. El sexo es bueno”, recordó. “La Autoridad Sanitaria Danesa está a favor del sexo”, y eso se volvió viral”.