La CIA anunció que formará un grupo de trabajo sobre China en el más alto nivel como parte de una campaña del gobierno estadounidense para contrarrestar la influencia de Pekín.
El grupo será uno entre menos de una decena de centros de misión operados por la CIA, con reuniones semanales a nivel de director para elaborar la estrategia con respecto a China. La central de inteligencia también anunció que buscará reclutar a personas de habla china y que por otra parte creará un centro dedicado a las nuevas tecnologías y problemas globales, como el cambio climático y la salud global.
El gobierno del presidente Joe Biden ha denunciado lo que llama la agresión china en toda una gama de asuntos económicos y de seguridad, a la vez que busca coincidencias en materia de cambio climático y Corea del Norte y su armamento nuclear, entre otros.
Funcionarios de alto rango han indicado que hay una transferencia de recursos hacia la competencia de “gran potencia” con China mientras se mantiene en primer plano la lucha contra el terrorismo.
China representa un blanco particularmente difícil para la inteligencia estadounidense dadas la insularidad de la dirección del Partido Comunista, sus enormes fuerzas armadas y de seguridad y su desarrollo de tecnologías de punta para el contraespionaje.
El director de la CIA, William Burns, dijo en un comunicado el jueves que el gobierno chino es “la amenaza geopolítica más importante que enfrentamos en el siglo XXI”.
“Durante toda nuestra historia, la CIA ha enfrentado todos los retos que aparecen en nuestro camino”, dijo Burns. “Y ahora, frente a la prueba geopolítica más difícil en esta era de rivalidad entre las grandes potencias, la CIA estará en la vanguardia de ese esfuerzo”.
Como parte de una reorganización de la agencia, la CIA incluirá los centros de misión sobre Irán y Corea del Norte en los grupos existentes para sus respectivas regiones. Ambos centros fueron creados durante la presidencia de Donald Trump.
También tratará de resolver las demoras en el reclutamiento, sujeto a un largo proceso de averiguación de antecedentes y autorizaciones de seguridad con el fin de reducir los plazos a un promedio de seis meses.
Además, designará por primera vez a un jefe de tecnología para encargarse de aplicar métodos informáticos de avanzada.