El gobierno de Ecuador entregará a Estados Unidos todos los documentos y pertenencias que Julian Assange, fundador de Wikileaks, dejó en su habitación, en la embajada ecuatoriana de Londres, según informó el medio español El País en base a una notificación oficial a la que tuvo acceso.
Según se desprende de El País de España, el registro de la habitación de Assange tendrá lugar el 20 de mayo, a las 9:00 a.m. y estará a cargo del capitán de la policía Diego López y del sargento segundo Milton Jaque.
Baltazar Garzón, abogado del fundador de Wikileaks, considera que la entrega a Estados Unidos de las pertenencias de su defendido es una "absoluta vulneración de Ecuador de la institución de asilo".
"Es incomprensible que el país de protección ahora aproveche la posición privilegiada de haberlo acogido para remitir sus pertenencias al país que lo persigue. Pertenencias que habrán sido intervenidas sin mandamiento judicial, sin protección de los derechos del asilado, sin respeto a la cadena de custodia", ha dicho Garzón a El País de España.
"Lo que se agrava con el mecanismo de grabación ilícita que se desplegó en la embajada y que ha sido denunciado. La vulneración sistemática de los derechos de Assange está superando los límites de la imaginable", agrega.
Assange había pedido allí asilo en junio de 2012, cuando era requerido por la justicia de Suecia por acusaciones de violación que desde entonces fueron archivadas.
El australiano, ahora de 47 años, siempre dijo temer que la extradición a Suecia fuera solo un modo de acabar entregándolo a Estados Unidos donde temía ser condenado a la pena de muerte por la publicación en 2010 de cientos de miles de documentos secretos del ejército y la diplomacia de ese país.
Finalmente, el 11 de abril, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, le retiró el asilo diplomático concedido por su predecesor Rafael Correa, y la nacionalidad ecuatoriana, permitiendo a las autoridades británicas que entraran en la embajada a detenerlo.
La justicia estadounidense quiere juzgarlo por "piratería informática", un cargo pasible de un máximo de cinco años de cárcel, por haber ayudado a la ex analista de inteligencia estadounidense Chelsea Manning a obtener una contraseña para acceder a dichos documentos secretos.
El australiano se niega a ser extraditado a Estados Unidos.