El jefe humanitario de la ONU, Martin Griffiths, visitó este jueves las localidades ucranianas de Bucha e Irpin, a las afueras de Kiev, y describió una situación “espeluznante” sobre el terreno, con fosas comunes y decenas de edificios de viviendas totalmente destruidos.
Griffiths se desplazó a esas poblaciones, recuperadas recientemente por las fuerzas ucranianas y que habían sido escenario de duros combates, junto a la viceprimera ministra del país Olha Stefanishyna, dijo el portavoz Stéphane Dujarric.
El portavoz dijo que el diplomático británico pudo ver sobre el terreno fosas comunes llenas de cuerpos envueltos en plástico, bloques de apartamentos destruidos o coches quemados en medio de las calles.
“Describió la visita como espeluznante”, apuntó Dujarric, que volvió a pedir en nombre de la ONU una investigación inmediata e independiente para que los responsables de lo sucedido en esas ciudades rindan cuentas.
Las autoridades ucranianas han acusado a Rusia de cometer en Bucha y otras localidades matanzas de civiles a gran escala, algo que Moscú niega pese a toda la evidencia en su contra.
Griffiths, además, se reunió en Kiev con responsables del Gobierno ucraniano para tratar de impulsar una tregua humanitaria en el país, un asunto que ya abordó esta semana en Moscú con las autoridades rusas.
Según Dujarric, el jefe humanitario de Naciones Unidas escuchó con atención las opiniones y preocupaciones ucranianas y les pidió ideas sobre cómo avanzar para lograr ese alto el fuego y facilitar la evacuación segura de civiles de zonas de combate.
Griffiths tiene el encargo del secretario general de la ONU, António Guteres, de explorar con Rusia y Ucrania un posible alto el fuego humanitario, un proceso que se desarrolla en paralelo a la mediación para poner fin a la guerra que llevan a cabo otros países, principalmente Turquía.