Los socialdemócratas centroizquierdistas de Alemania se encontraban en una apretada contienda el domingo con el bloque de la canciller saliente, Angela Merkel, en las elecciones parlamentarias del país, según las encuestas de salida. La votación que determinará quién ocupará el puesto que dejará vacante Merkel luego de 16 años al frente.
Funcionarios de ambos partidos expresaron su esperanza en encabezar el próximo gobierno.
Una encuesta de salida de la televisora pública ARD mostró un 25% de apoyo tanto para los social demócratas — por quienes el vicecanciller saliente Olaf Scholz contiende para canciller — como para el bloque de centroderecha de Merkel, que postuló al cargo al gobernador estatal Armin Laschet.
Otro sondeo de la televisora pública ZDF puso a los socialdemócratas al frente por un margen de 26% a 24%. Ambos tienen a Los Verdes en tercera posición con una preferencia cercana al 15%.
El sistema electoral por lo general produce una coalición de gobiernos, pero la Alemania de la posguerra nunca ha tenido un partido ganador con menos del 31% de la preferencia — o alguna instancia en que el bloque de la Unión Social Cristiana alcance menos de eso.
Considerando las predicciones de las encuestas de salidas, conformar la próxima coalición gobernante de la mayor economía europea podría ser un proceso largo y complicado. Merkel permanecerá como líder provisional hasta que se establezca un nuevo gobierno.
Las encuestas de salida también indican una preferencia de entre el 11% y 12% para el proempresarial Partido Democrático Libre. El Alternativa para Alemania, de extrema derecha — y con quien ningún otro partido quiere trabajar — alcanza hasta un 11% de los votos.
El secretario general de la Unión Demócrata Cristiana, Paul Ziemiak, reconoció que su partido ha sufrido “derrotas amargas” en comparación con la última elección de hace cuatro años, en la que obtuvo el 32,9% de los votos. Pero también dijo que sería una “larga noche electoral” y destacó la posibilidad de una coalición con los Verdes y el Democrático Libre.
Su contraparte de los socialdemócratas, Lars Klinbeil, declaró que su partido “está de regreso” luego de un pobre desempeño en las urnas hace cuatro años. Aseguró que “con esto, tenemos la misión de formar una coalición”. No detalló sobre posibles partidos aliados.
Los socialdemócratas se han beneficiado de la relativa popularidad de Scholz luego de un prolongado bache en las preferencias, y de los problemas en las campañas de sus rivales. La primera candidata de los Verdes a la cancillería, Annalena Baerbock, cometió errores en las primeras instancias, y Laschet, gobernador del estado de Renania del Norte-Westfalia, pasó problemas para entusiasmar a la base tradicional del partido.
Alrededor de 60,4 millones de personas en un país con 83 millones de habitantes fueron elegibles para participar en la elección del nuevo Bundestag, o la cámara baja del parlamento, que será la que seleccione al nuevo jefe de gobierno.
No será fácil seguir los pasos de Merkel, quien ganó elogios luego de sortear varias crisis al frente del gobierno alemán. Su sucesor deberá encabezar la recuperación de la pandemia del coronavirus, misma que Alemania ha enfrentado relativamente bien gracias, en parte, a sus enormes programas de rescate.
Laschet insiste en que no debería haber aumentos fiscales en momentos en que Alemania sale de la pandemia. Scholz y Baerbock están en favor de un incremento de impuestos para los más ricos, y también aprueban un aumento al salario mínimo.
Los principales partidos de Alemania enfrentan diferencias significativas en sus propuestas en contra del cambio climático. El bloque de Laschet tiene sus esperanzas puestas en soluciones tecnológicas y un enfoque impulsado por el mercado, mientras que los Verdes quieren aumentar los precios del carbón y finalizar su uso antes de lo planeado. Scholz, por su parte, ha enfatizado la necesidad de proteger los empleos mientras Alemania hace la transición hacia energías más limpias.
La política exterior ocupó pocos espacios en la campaña, aunque los Verdes buscan una postura más firme hacia China y Rusia.