El Reino Unido ha decidido endurecer las restricciones a los viajes para tratar de limitar la importación de la nueva variante ómicron del coronavirus, si bien algunos expertos alertan de que las limitaciones llegan “demasiado tarde”, cuando la transmisión comunitaria ya ha comenzado en el país.
“Es como cerrar la puerta del establo cuando el caballo ha salido desbocado”, afirmó en la BBC el epidemiólogo Mark Woolhouse, miembro del grupo asesor del Gobierno sobre pandemias, que consideró que las nuevas barreras no supondrán “una diferencia sustancial en la evolución de una oleada de ómicron, si va a haber una”.
A partir del martes, las viajeros que lleguen al Reino Unido tendrán que haber pasado un test de Covid-19 previo a su vuelo, una medida que el Gobierno había retirado en octubre, y otra prueba PCR a los dos días de su llegada.
El Ejecutivo agregará además a Nigeria a su lista roja, que ya incluye a Sudáfrica y otros países de su entorno. Solo podrán entrar al país desde esos destinos los ciudadanos británicos, irlandeses y personas con permiso de residencia, que deberán mantener una cuarentena de diez días en un hotel a su llegada.
Golpe para la industria turística
El consejero delegado de la patronal del sector de los viajes Business Travel Association (BTA), Clive Wratten, lamentó que la reintroducción de test casi sin previo aviso “asesta un martillazo” al sector.
“La salud pública es una prioridad, pero va a haber empresas que quiebren, viajeros que queden atrapados y medios de vida devastados por la falta de planes coherentes por parte del Gobierno”, afirmó.
Tim Alderslade, consejero delegado de Airlines UK, que representa a grupos aéreos británicos, criticó por su parte que el Ejecutivo esté tomando medidas contra la variante ómicron antes de tener los “datos completos” sobre su peligrosidad. “No tenemos evidencias clínicas”, esgrimió Alderslade.
El ministro de Justicia, Dominic Raab, se encargó de defender la posición del Gobierno en los programas políticos del domingo en las principales cadenas de televisión británicas.
“Sé que esto va a suponer una barrera para la industria de los viajes, pero hemos dado enormes pasos hacia adelante en este país. Debemos tomar medidas dirigidas de manera forense a impedir que la nueva variante eche raíces en este país y genere un mayor problema”, dijo Raab.
Sobre la posibilidad de que las restricciones lleguen demasiado tarde, el ministro consideró que siempre habrá “críticas sobre si se ha hecho demasiado o demasiado poco”.
Incremento de casos
Hasta ahora se han confirmado unos 160 casos de ómicron en el Reino Unido y la variante se está extendiendo “bastante rápido”, según Woolhouse.
La llegada de la nueva variante coincide con un incremento general de los contagios en al país, que al final de la última semana registró más de 50,000 casos durante dos jornadas consecutivas.
Los niveles de transmisión han igualado el punto álgido del pasado julio, cuando la interacción social durante la Eurocopa de fútbol disparó los contagios.
Salvar las Navidades
El Gobierno ha vuelto a imponer el uso de mascarillas en tiendas y el transporte público, pero descarta por ahora hacerlas obligatorias en la hostelería y defiende que la población debe mantener su vida social como hasta ahora.
El mensaje oficial del Ejecutivo es que las fiestas navideñas de empresas y otros eventos sociales se deben mantener, aunque la industria ha advertido de que en los últimos días se han multiplicado las cancelaciones.
Con todo, Raab admitió hoy que el Ministerio de Justicia no organizará una celebración navideña este año, igual que hizo esta semana el secretario de Estado de Ciencia, Investigación e Innovación, George Freeman.
También ha contradicho la línea oficial del Gobierno la jefa de la Agencia de Seguridad Sanitaria del Reino Unido (UKHSA), que ha recomendado limitar las interacciones sociales “cuando no sean particularmente necesarias”.
El profesor de Estadística de la Universidad de Oxford David Spiegelhalter sostuvo hoy en la cadena Sky News que si bien al Ejecutivo “le encantaría no tener que interrumpir las Navidades”, después de Año Nuevo “habrá muchas dificultades y eso puede significar medidas aún más duras”.