¿Un futuro fantástico como predice Boris Johnson o un arriesgado salto a lo desconocido como temen los detractores del Brexit? Tras casi 50 años en la Unión Europea, el Reino Unido abre un nuevo capítulo en solitario el 1 de enero del 2021.
¿Qué cambiará el 1 de enero?
El Reino Unido abandonó oficialmente la UE el 31 de enero, pero continuó aplicando sus normas durante un período de transición que termina el 31 de diciembre. A partir del 2021, el país volverá a andar solo.
Si Londres y Bruselas cierran un acuerdo comercial en el tiempo restante, se eliminará la perspectiva de aranceles y cuotas para las mercancías que cruzan el Canal de la Mancha.
Si no, las importaciones y exportaciones se verán gravemente afectadas por la abrupta reaparición de barreras.
Pero incluso con un acuerdo, el futuro no será perfecto. Los exportadores británicos tendrán que presentar nuevos documentos aduaneros para demostrar que sus productos son aptos para el mercado único europeo.
Londres instó a las empresas a preparase, pero las industrias afirman que el gobierno no ha proporcionado a tiempo los sistemas informáticos y el personal de apoyo, aumentando el riesgo de caos tras el 1 de enero.
¿Qué es “Global Britain”?
Defendiendo la idea de una “Gran Bretaña global”, Londres busca revitalizar sus relaciones bilaterales con el resto del mundo, especialmente con su “aliado más cercano e importante”, Estados Unidos, en palabras de Johnson.
Pero perdió una baza con la derrota de Donald Trump, un entusiasta partidario del Brexit. Y la pandemia de coronavirus ha golpeado duramente a la economía británica, amenazando el brillante futuro prometido por el primer ministro conservador.
La idea es que el Reino Unido no se cierre en sí mismo sino que se abra al exterior para forjar acuerdos de libre comercio en todo el mundo.
“Ahora que la Gran Bretaña global ha regresado es hora de que los fabricantes, los hombres y mujeres de acción y los innovadores nos ayuden a escribir nuestro capítulo más emocionante hasta la fecha”, dijo la ministra de comercio internacional, Liz Truss, en octubre, prometiendo futuras exportaciones de todo tipo de productos británicos, desde cremas hasta robots.
Truss firmó un acuerdo comercial posbrexit con Japón y está negociando otros, sin resultados tangibles hasta el momento, con Estados Unidos, Australia, Canadá y Nueva Zelanda, los socios del Reino Unido en la red de inteligencia “Cinco Ojos”.
Los acuerdos concluidos o en preparación, incluido el que se negocia con la UE, representan el 80% del comercio exterior británico para el 2022, asegura el gobierno, que remodeló el ministerio de Relaciones Exteriores para integrar su muy generosa ayuda al desarrollo en la agenda diplomática británica.
¿Qué pasará en el Reino Unido?
La gran promesa de Johnson en las legislativas del pasado diciembre fue “llevar a cabo el Brexit” y luego acabar con las crecientes disparidades económicas entre el rico Londres de las finanzas y el resto del país, especialmente las zonas posindustriales del norte.
Pero este programa de “mejora” mediante grandes inversiones, como la línea de alta velocidad HS2 que debe operar en el centro y norte de Inglaterra, quedó de lado debido a la pandemia.
El gobierno insiste sin embargo en que sus objetivos a largo plazo se mantienen y que el dinero con el que Londres ha contribuido hasta ahora al presupuesto europeo se gastará mejor en suelo británico.
Algunos defensores del Brexit piden una revisión radical del modelo económico, para transformar al país en un “Singapur en el Támesis”, una especie de paraíso fiscal con un sector financiero ultradesregulado que se convierta en potentísimo rival a las puertas de la UE.
El gobierno asegura que la conclusión de acuerdos comerciales no irá en detrimento de cuestiones claves como la sanidad pública o de las normas agroalimentarias, especialmente en su negociación con Estados Unidos.
Además la elección de Joe Biden como presidente de Estados Unidos puede limitar los planes de Johnson de alejar a Irlanda del Norte de la influencia de la UE.