La puja por el segundo puesto en los comicios presidenciales del domingo pasado en Ecuador mantenía en vilo al país y abre interrogantes entre los líderes políticos sobre qué estrategias les pueden favorecer en el balotaje del próximo 11 de abril.
Con el 99.44% de las actas escrutadas, el aspirante del correísmo, Andrés Arauz, se mantiene como ganador de las elecciones con el 32.09%, seguido por el dirigente indígena y ambientalista Yaku Pérez, con el 20.06%, y el conservador Guillermo Lasso, con el 19.50% de los sufragios.
Quienes terminen como los dos primeros deberán competir en una segunda vuelta el 11 de abril, pero aún quedan 223 urnas por contar y 3,080 por revisar, dado que se han presentado en ellas algún tipo de incidencias.
La tensión generada motivó al Consejo Nacional Electoral (CNE) a convocar a los tres candidatos a una reunión en la que estuvieron presentes representantes de la Misión de Observación Electoral (MOE) de la OEA, para analizar inquietudes y ofrecer información acerca de cómo se desenvuelve el recuento de votos en los recintos en los que se produjeron inconsistencias.
Pérez, más tranquilo
“Nos han informado cuál es el procedimiento que van a seguir en estos próximos días, que es, básicamente, el reconteo en aquellas mesas con novedades”, manifestó Pérez, el primero en asistir por la mañana a la cita en la sede del CNE en Quito.
El dirigente indígena había señalado desde el domingo incongruencias en los porcentajes adjudicados en algunas provincias a su candidatura y apuntó a una “confabulación”.
Sin embargo, hoy matizó ese discurso y aseguró que el CNE les facilitó una clave para que su movimiento pudiera revisar los datos de las actas publicadas en la nube del sistema electoral, lo que, dijo, garantizaba la transparencia.
Puso como ejemplo de inconsistencias una ocurrida en una junta del cantón Cayambe, en la provincia andina de Pichincha, donde según sus observadores habían alcanzado 62 votos y “se nos adjudicaron solamente 2”.
También refirió que se han registrado incidencias similares en otras provincias como la costera de Manabí, tradicional feudo del correísmo.
A la expectativa de ver si pasa a la segunda vuelta, Pérez se desmarcó de los señalamientos previos sobre que Lasso formaría parte del intento de complot en su contra y dijo haber escuchado a numerosos electores asegurándole su voto en el balotaje, así como el interés de empresarios en dialogar con él.
En esta ocasión sí acusó directamente al expresidente Rafael Correa (2007-2017) de “meter la mano” en el recuento electoral y aconsejó a su pupilo, Arauz, que “en vez de escuchar tantos consejos desde Bélgica (donde vive el exmandatario), (que) escuche consejos de los ecuatorianos”.
Arauz pide propuestas
El candidato del correísmo fue el segundo en acudir a la convocatoria con el órgano electoral, encuentro tras el cual no dio declaraciones.
Poco antes, en una comparecencia reiteraba que se enfrentará en el balotaje con quien el pueblo haya decidido, a la vez que pidió que la campaña sea pacífica y se base en propuestas.
A su juicio, el resultado electoral del domingo refleja que aproximadamente el 70% de la población optó por opciones vinculadas a la justicia social, “un gran bloque histórico que representan el progresismo, la unidad plurinacional y la socialdemocracia”.
La mayoría de los ecuatorianos “no quiere seguir por la ruta del neoliberalismo”, consideró Arauz.
Mucho más crítico fue su mentor político, Correa, que indicó que se están manipulando las actas para dar la impresión de que Pérez marcha en segundo lugar, aunque se mostró convencido de que acabará en tercero.
“Están inflando artificialmente a Pérez, están manipulando las actas porque meten primero las actas de la sierra y dan una impresión que no existe”, valoró en entrevista con Efe en México.
Ante la posible llegada de un indígena a la competencia presidencial, Correa dijo que “ojalá pudiera llegar a la segunda vuelta un indígena, (pero) Yaku Pérez no es indígena”.
¿Racismo solapado?
Precisamente desde sectores afines al correísmo se está abriendo un debate en redes y medios de comunicación en torno a la identidad del dirigente del movimiento indígena Pachakutik, lo que está provocando airadas réplicas acerca de cómo se define ese concepto y si la misma discusión encierra un racismo solapado.
Correa aseguró que él sería el primero en “desear que algún día Ecuador tuviese un presidente indígena, pero un presidente indígena de verdad, eso es deseable, pero lo sustancial es que sea honrado capaz y patriota y nada de eso es (Pérez)”.
El último candidato en reunirse con observadores de la OEA y representantes del CNE, en horas de la tarde y en su caso de forma telemática desde Guayaquil, era Lasso.
El dirigente del movimiento liberal cristiano CREO mantiene desde las elecciones un perfil discreto y ha pedido a sus seguidores esperar a que se conozcan los resultados definitivos del escrutinio.
Pero ya antes de la votación había adelantado públicamente que si Pérez pasaba al balotaje, le daría su apoyo.