(Foto: AFP)
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A medida que el coronavirus continúa propagándose fuera de China, es tentador verlo como un problema exclusivo de la modernidad, nacido de la facilidad sin precedentes con la que la información, los bienes y las personas se mueven por el mundo. En realidad, esos brotes han florecido durante siglos principalmente gracias a un único factor: el comercio internacional, la súper autopista original de las pandemias.