Incendios en la Amazonia. Sequía en Bolivia. Huracanes en Centroamérica. Y la crisis del COVID-19.
Latinoamérica podría enfrentar mejor estos desafíos y ser líder mundial en políticas sostenibles siguiendo el ejemplo de Costa Rica, dijeron altos funcionarios de la ONU al presentar un informe de progreso humano.
El reporte anual, que analiza y clasifica el progreso humano de cada país, elevó en su ranking a Costa Rica y Panamá porque este año agregó variables como el nivel de emisiones de dióxido de carbono o de extracción de materias primas.
Ambos países, dijo la ONU, demostraron “que es posible reducir la presión sobre el planeta” ya que en comparación con otras naciones presentan un valor menor de emisiones y de huella material per cápita.
Otras variables tomadas en cuenta en la lista fueron el sistema de salud, el educativo y la calidad de vida.
El informe, elaborado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), colocó a Noruega como país número uno en desarrollo humano y a Níger como el último, en la posición 189.
En Latinoamérica, Chile, en la posición número 43, seguido de Argentina, Uruguay, Panamá y Costa Rica lideraron el índice regional y formaron parte del grupo de muy alto desarrollo humano. Al final de la lista, en desarrollo medio, están El Salvador, Guatemala, Nicaragua y Honduras con Haití en último lugar en el grupo de desarrollo bajo.
El informe de cientos de páginas y de carácter técnico aseguró que la pandemia de COVID-19 no será la última crisis mundial a menos que los humanos protejan el medio ambiente.
El reporte agregó que el planeta está entrando en una era geológica completamente nueva llamada Antropoceno o era de los seres humanos y que es necesario desmantelar los enormes desequilibrios de poder existentes para rediseñar caminos hacia una convivencia con la naturaleza.
Luis López-Calva, director del PNUD para América Latina y el Caribe, dijo en una rueda de prensa que la región tiene un gran potencial para mejorar sus políticas sostenibles.
“Nuestra región es una región muy rica en biodiversidad, en recursos naturales, en acceso al océano. Yo creo que es una región que puede ser líder”, dijo el funcionario.
“De hecho tenemos países como Costa Rica que son líderes mundiales en términos de políticas de soluciones basadas en naturaleza, de reducción de emisiones, de compromisos con neutralidad de carbonos”, agregó López-Calva, quien también puso como ejemplo a Chile por haberse comprometido en lograr la carbono neutralidad para el 2050.
Latinoamérica también ha sido una región innovadora a la hora de unir esfuerzos para enfrentar desastres climáticos, dijo López-Calva. Perú, México y Chile, por ejemplo, crearon en conjunto un bono para enfrentar terremotos y ahora piensan en unirse para hacer lo mismo frente a las inundaciones.
“Yo creo que ese es también un instrumento fundamental de cómo buscamos elementos que permitan a los países protegerse de estos choques, sobre todo, con un énfasis de proteger a las poblaciones más vulnerables”, dijo López-Calva.
Precisamente Latinoamérica es una región de alta desigualdad, indicó, y por lo tanto el impacto en la naturaleza es un problema que afecta duramente a personas con menos recursos, mujeres, comunidades indígenas o sectores sin poder de decisión. “Esta crisis ha reflejado un problema de gobernanza”, dijo el funcionario.
El informe destacó que en el año 2100 los países más pobres del mundo podrían experimentar hasta 100 días anuales más de clima extremo debido al cambio climático, cifra que podría rebajarse a la mitad si se implementa el Acuerdo de París.