La organización no gubernamental (ONG) Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) calificó como fraude consumado las elecciones generales de noviembre próximo en Nicaragua, en las que el presidente Daniel Ortega busca extender por cinco años un mandato que recuperó en el 2007.
“Con la inscripción de candidatos para comicios generales el 7 de noviembre, se consumó el fraude electoral, la burla orquestada por el régimen Ortega Murillo y sus comparsas”, dijo el Cenidh, organismo al que la Asamblea Nacional, controlada por los sandinistas y a petición del Gobierno, canceló la personalidad jurídica en diciembre del 2018.
El Cenidh emitió posición sobre las elecciones un día después de que los siete partidos y alianzas que participan en la carrera electoral inscribieron a sus candidatos a presidente, vicepresidenta y diputados.
En las inscripciones sobresalió la candidatura de Ortega, quien busca repetir con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, en representación de la alianza que encabeza el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN).
En las mismas también destacó el exguerrillero “contra” Oscar Sobalvarro, cuya alianza, encabezada por el partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), es criticada por no aglutinar a la oposición y tomar decisiones de última hora aparentemente a espaldas de sus aliados.
Tanto la oposición nicaragüense como la comunidad internacional han insistido a Ortega en que garantice elecciones “libres, justas, transparentes y observadas”, incluyendo una resolución de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
A Ortega también se le critica que, además de no garantizar elecciones creíbles, estableció leyes restrictivas, nombró árbitros de su preferencia y sacó del juego a dos partidos políticos, a lo que se suma que las autoridades han arrestado a más de 30 líderes políticos o sociales, incluyendo a siete aspirantes a la Presidencia, en plena carrera electoral.
Previamente, el Cenidh había suscrito la posición de Amnistía Internacional (AI) sobre la candidatura de Ortega, referida a que la permanencia del sandinista en el poder perpetuaría la impunidad por las graves violaciones de derechos humanos y crímenes de derecho internacional cometidos bajo su mando.
El Cenidh es la segunda organización nicaragüense que establece su posición frente a las elecciones, luego de que la Unidad Nacional Azul y Blanco desconoció la legitimidad de las mismas.
Las próximas elecciones serán claves para Nicaragua, ya que de estas dependerá la continuación o el cese de 42 años de primacía casi absoluta de Ortega sobre la política nicaragüense.