Angela Merkel lanzó un llamado implícito a los partidos políticos de Alemania, este domingo, para que superen sus divisiones tras las elecciones legislativas, en un contexto de difíciles negociaciones para formar gobierno.
La canciller, que en cierto modo hacía balance de sus 16 años en el poder, en un discurso pronunciado con motivo de las celebraciones anuales de la reunificación del país, en 1990, exhortó a los alemanes a defender la democracia frente a los demagogos.
Hay que continuar moldeando nuestro país. Podemos discutir sobre la forma precisa de hacerlo en el futuro, pero sabemos que tenemos la solución, que tenemos que escucharnos todos, unos a otros, y dialogar”, declaró Merkel, que se retirará de la política en cuanto se forme un nuevo gobierno, algo que podría tomar meses.
“Tenemos diferencias pero también cosas en común. Estén dispuestos a reunirse con los demás [...] y tengan la capacidad de soportar las diferencias”, agregó en Halle (este). “Esa es la lección de 31 años de unidad alemana”, recalcó.
Se trataba de las primeras declaraciones de Angela Merkel sobre el resultado de la elecciones y la situación política que deriva del mismo.
Las negociaciones exploratorias entre partidos de cara a formar un nuevo Ejecutivo empiezan este domingo y se auguran muy complicadas.
Tres partidos
Muy probablemente, se necesitará una alianza de tres formaciones con programas muy distintos para alcanzar una mayoría, algo que no ocurría desde los años 1950.
La opción que de momento se considera más plausible es la de una coalición del Partido Socialdemócrata (SPD), que quedó en primer puesto (25% de los votos), con los ecologistas y los liberales del FDP (derecha). Esta posibilidad estaría respaldada por un 59% de los alemanes, según una encuesta de la cadena ZDF.
Las primeras reuniones entre el centro-izquierda del SPD, liderado por Olaf Scholz, y esos dos movimientos estaban previstas este domingo por la tarde en Berlín.
Pero el centro-derecha de la canciller también intenta aliarse con los Verdes y el FDP.
Aunque los democristianos de la CDU, a la que pertenece Merkel, salieran debilitados y divididos de su derrota electoral, la formación ha previsto reunirse por separado con el FDP este domingo y con los Verdes el martes.
Su líder, Armin Laschet, al que se le atribuye el peor resultado electoral jamás obtenido por los conservadores en la historia de la Alemania moderna (un 24.1% de los votos), parece cada vez más amenazado.
Sus rivales dentro del partido, como Friedrich Merz o Jens Spahn, que defienden una línea más orientada a la derecha, ya se están posicionando de cara a una eventual sucesión. Otros reclaman una renovación “completa” del partido tras 16 años de Angela Merkel.
Y en este contexto, incluso los liberales del FDP, pese a estar políticamente más cerca de los democristianos, parecen cada vez más reacios a aliarse con ellos.
“Conquistas democráticas”
“La CDU y la CSU [el partido de los conservadores en Baviera] deben aclarar si verdaderamente quieren dirigir un gobierno”, advirtió el líder de los liberales, Christian Lindner, este domingo en el diario Bild.
En este contexto tenso, la canciller pidió a los alemanes que no pierdan de vista lo que, según ella, es una prioridad: la defensa de la democracia.
“A veces nos tomamos las cosas demasiado a la ligera cuando se trata de conquistas democráticas, como si no tuviéramos que hacer nada más” para defenderlas, lamentó.
“Pero estamos asistiendo, en el periodo actual, a un número creciente de ataques”, consideró, citando agresiones contra minorías religiosas o étnicas, y los intentos “demagógicos de expandir, sin escrúpulos ni vergüenza, el odio y el resentimiento”.
Merkel también exhortó a los alemanes del oeste a mostrar más “respeto” hacia sus conciudadanos del este, después de que las legislativas estuvieran marcadas en esta parte del país -la antigua RDA- por un fuerte respaldo a la ultraderecha, incentivado por la sensación que tiene parte de la población de la otrora Alemania oriental de que los han abandonado.