China golpeará a más países con “coerción económica” a menos que otras naciones la enfrenten, advirtió el ministro de Exteriores de Lituania, Gabrielius Landsbergis, al abrir la primera embajada de su país en Australia.
Tras bromear que los dos países son parte de un “club exclusivo” de naciones que Pekín ha rivalizado, el ministro aseguró que “definitivamente no seremos los últimos”.
Acompañado de su par australiana, el ministro lituano insistió en que países con pensamiento similar deben usar “herramientas y regulaciones para soportar la coerción y no ceder a la presión política y económica”.
Lituania, el primer país en declarar su independencia de la Unión Soviética en la década de 1990, recibió una airada respuesta de Pekín en julio cuando permitió a Taiwán abrir una sede diplomática en Vilna.
Tras la disputa, los vínculos diplomáticos han bajado de nivel y las exportaciones lituanas han sido bloqueadas en la frontera china, aunque Pekín niega que sea un “embargo oculto”.
China considera a Taiwán, una isla de gobierno democrático, como una provincia separatista.
Australia también ha tenido exportaciones bloqueadas en China tras una serie de disputas políticas los últimos dos años.
Landsbergis citó la decisión de la Unión Europea (UE) de llevar el tratamiento de Pekín a Lituania a la Organización Mundial del Comercio (OMC) como un ejemplo de cómo los países pueden responder a la presión china.
La ministra australiana de Exteriores, Marise Payne, dijo que es importante que países “con pensamiento similar” trabajen juntos y sean “consistentes en su abordaje de estos temas”.
“Creo que estamos enviando el mensaje más fuerte posible de nuestro rechazo a la coerción y nuestro rechazo al autoritarismo”, declaró la ministra.