Los una vez desiertos escalones a la entrada del Museo Metropolitano de Arte en Nueva York se están llenando de nuevo con visitantes. Los vestíbulos de los hoteles están perdiendo su aire desolado. En Manhattan, la gente de nuevo se toma selfies junto a la estatua del Charging Bull en Wall Street.
Los turistas que desaparecieron de los museos, hoteles y atracciones culturales de Nueva York cuando estalló la pandemia del coronavirus el año pasado están regresando gradualmente con el levantamiento de restricciones.
Aún falta mucho para que el cerrado distrito teatral se vea atestado de nuevo con viajeros internacionales.
Pero recientemente, los indicadores como la ocupación de hoteles y asistencia a museos han subido, gracias a los viajeros nacionales y locales a los que no les molesta ver la ciudad operando a un paso menos frenético que lo usual.
“Yo siempre he querido venir a Nueva York, simplemente por lo que he visto en las películas”, dijo Chazmin Fuhrer, de 26 años, que visita por primera vez desde Concord, California y que vino a la ciudad por un puñado de días recientemente para celebrar el cumpleaños de un amigo.
Sentada a una mesa en Times Square mientras tres artistas callejeros comenzaban su danza, Fuhrer dijo que ella sabía que no estaba para nada tan concurrido como es usual. Pero le parece bien.
“Es bueno sin demasiada gente en la calle”, dijo, agregando que la multitud de gente prepandemia ahora probablemente la pondría nervosa, con el virus aun circulando.
Las autoridades de la ciudad se sienten optimistas, incluso después de un incidente en Times Square el sábado en el que tres personas, incluyendo una niña, fueron heridos por balas perdidas durante una disputa.
“Al final, la gente quiere venir a esta ciudad”, dijo el lunes el alcalde Bill de Blasio. “Es una ciudad abrumadoramente segura, comparada con otras ciudades en el país, en el mundo”.
En el 2019, aproximadamente 67 millones de personas visitaron la ciudad. En el 2020, la cifra cayó a poco más de 22 millones, mayormente personas que vivieron antes de que estallase la pandemia en marzo.
Los restaurantes y tiendas se vieron forzados a cerrar, al igual que algunos hoteles, reduciendo la disponibilidad de habitaciones en la ciudad de 124,000 a 88,000, de acuerdo con funcionarios de turismo.