Las autoridades bolivianas pusieron en marcha en la víspera (miércoles) una planta para industrializar la quinua que se produce en el país, que demandó una inversión equivalente a unos US$ 7.9 millones.
La industria fue emplazada en una superficie de 8,800 metros cuadrados en el municipio de Soracachi, en la región andina de Oruro, una de las tres productoras de quinua en Bolivia.
El presidente boliviano, Luis Arce, inauguró la obra con la meta de que sea el primer paso para lograr “la industrialización plena de la quinua”.
La planta producirá alimentos como hojuelas y harinas de quinua, pero el gobernante quiere que se aproveche también la saponina, un componente con cualidades limpiadoras que contiene el grano, para elaborar detergentes.
“Hay que producir productos con mayor valor agregado porque miren lo que ha pasado, desde Bolivia hemos promovido al mundo entero el consumo de quinua y somos el país que menos se ha beneficiado”, lamentó Arce.
El gobernante aseguró a los productores de quinua que el Ejecutivo se encargará de promover la quinua y sus derivados en el mercado local y también en el exterior.
A su turno, el gerente general de la estatal Empresa Boliviana de Alimentos y Derivados (EBA), Javier Freire, destacó que esta industria es la decimonovena industrializadora que inaugura esta entidad, lo que es “un orgullo” porque se trata de una planta “que tiene tecnología de punta” para elaborar “productos de calidad”.
Según Freire, Bolivia produce anualmente más de 61,000 toneladas de quinua, de las cuales 34,000 son exportadas, unas 17,000 se consumen en el mercado interno y queda un excedente de 10,000 “que no tienen un mercado seguro”.
“Los pequeños productores son afectados económicamente por compras ilegales” de esa quinua excedentaria “que realizan países vecinos en un marco de contrabando”, alertó el funcionario.
Ahora ese excedente alimentará la planta, que cuenta con una combinación de tecnologías para procesos óptimos y amigables con el medioambiente para el descascarado y lavado de la quinua, destacó.
La industria tiene capacidad para procesar 7,300 toneladas del grano y convertirlo en quinua perlada, otras 600 toneladas para producir quinua en hojuelas e igual cantidad para transformarla en quinua insulfada y 400 toneladas más para elaborar harina, detalló Freire.
Además, beneficiará a unas 9,000 familias productoras de quinua y generará 156 empleos directos y alrededor de 780 indirectos, según el gerente de EBA.
Freire precisó que la planta se enmarca en un “proyecto integral” que incluye a Oruro, La Paz y Potosí, los tres departamentos productores, por lo que anunció que en marzo se prevé inaugurar centros de acopio de quinua en estas regiones, con una capacidad de mil toneladas cada uno.